El 60% de los casos de cáncer de pulmón en el país devienen por la polución generada por los vehículos.
De acuerdo con los resultados del estudio Incidencia y caracterización del cáncer pulmonar, elaborado por médicos e investigadores del Instituto Nacional del Tórax, al menos el 60% de los casos de cáncer de pulmón registrados en el país devienen por la contaminación ambiental generada por los vehículos.
Este alarmante porcentaje concuerda con investigaciones recientes que revelan que los efectos de la polución son más dañinos de lo que se creía. Por ejemplo, según advierte un estudio solicitado y cofinanciado por la Unión Europea a la OMS para evaluar sus políticas de control ambiental, las partículas generadas por el tráfico vehicular que permanecen suspendidas en el aire, procedentes sobre todo de los motores a diésel, están relacionadas con una mayor incidencia de arteriosclerosis, diabetes, problemas en el desarrollo neuronal, cáncer de pulmón y otras enfermedades respiratorias.
Para realizar esta constatación, especialistas de la OMS recopilaron y analizaron toda la información relevante y las evidencias científicas elaboradas hasta el momento sobre los efectos de la polución en la salud de las personas. Entre otras conclusiones, los resultados dieron cuenta de que más del 80% de la población de la eurozona está expuesta a niveles de partículas en suspensión que superan las recomendaciones de la OMS. Y a raíz de estos datos, la Comisión Europea decidió endurecer los límites legales de contaminación que rigen en sus Estados miembros, y solicitó revisar los límites de la contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2), un gas tóxico que irrita las vías respiratorias y que también procede de los motores que emplean gasolina y diésel.
Ahora bien, si esto ocurre en la UE, donde circulan, en general, vehículos en buen estado y poco recorrido (debido a la rigurosidad de los controles y a los incentivos impositivos y de los seguros para tener carros nuevos), la situación en el país previsiblemente es mucho más grave, máxime tomando en cuenta que por estos lados los controles técnicos no son más que un trámite para recaudar fondos, en tanto se limitan a verificar cuestiones de forma, mas nunca de fondo, como el nivel de emisión de gases de los motores. Negligencia que se traduce, como bien se sabe, en la circulación de coches viejos o en mal estado que han sido desechados en otros países justamente por la contaminación que generan.
De allí que la elevada incidencia de cáncer pulmonar por causa de la contaminación vehicular no cause mayor sorpresa. Por ello, urge que se establezcan en el país de una buena vez límites a la emisión de gases contaminantes en los vehículos, como ocurre en otras naciones, junto a la aplicación de medidas que garanticen su cumplimiento, como una rigurosa revisión técnica realizada por expertos en talleres mecánicos, y no por policías preocupados sobre todo por la recaudación y por minucias como el funcionamiento de las luces o el contenido de los botiquines.