El anhelo de espacios de trabajo y pasillos de centros de distribución con mayor presencia femenina parecía un sueño. La logística, vista por hombres, es exigente, con cargas laborales extenuantes y con una inherente necesidad de fuerza. Eso cambió.
Desde la propia motivación de forzar un cambio cultural de raíz, las mujeres hemos ganado más espacio en las industrias. Muchas veces por temor y mentalidad, nos dejamos vencer. Lo cierto es que hoy, no solo somos más que ayer, sino que además estamos transformando todo.
Hace 20 años era muy poca la presencia femenina en la logística. Hoy, la situación es distinta. Según un estudio de Gartner Inc. y AWESOME, la fuerza laboral femenina de la cadena de suministro aumentó del 39% al 41%, entre 2020 y 2021.
Estamos ocupando cargos directivos y gerenciales; asumiendo proyectos estratégicos; e implementando procesos de innovación que mejoran las formas de hacer las cosas. Sí, existe aún una brecha y queda camino por recorrer, pero se está reduciendo gracias a un actor clave: la tecnología.
Con zapatos, casco y chaleco reflectante
Supuestamente, no estábamos preparadas ni éramos aptas. Lejos de esa mentalidad y con un paradigma más inclusivo, los pasillos al interior de los centros de distribución son más diversos. Hay más mujeres no solo en tareas específicas, sino que operando maquinarias, liderando equipos, diseñando proyectos y tomando decisiones importantes.
Tenemos un rol transversal. Y la tecnología nos ha ayudado mucho. Actividades que estaban dadas por hombres, hoy están automatizadas y supervisadas por una mujer sin la fuerza bruta. Ante este escenario, es posible afirmar que a mayor adopción tecnológica habrá más mujeres en la industria.
En paralelo a la evolución digital que vivimos, el mundo está cambiando culturalmente. Los liderazgos están cambiando, son más integradores e inclusivos. Aunque parezca coyuntural, somos más mujeres participando y se están habilitando nuevos espacios y abriendo puertas. La discriminación por género está quedando atrás.
Un doble clic necesario
Desde un sello y liderazgo minucioso, la labor femenina está transformando la logística como la conocíamos. Preparadas, comprometidas y con equipos de trabajo engranados, estamos mejorando los procesos de innovación al interior de las organizaciones.
De esta forma, disminuimos la tasa de error, eficientamos más los procesos y validamos constantemente los espacios de mejora. Esto último es clave, estar revisando continuamente cómo se puede seguir potenciando a la organización y al negocio. La industria de logística es de servicios, por lo tanto, el recurso humano es fundamental.
Entendemos que vivimos momentos complejos. Los clientes no solo quieren que produzcamos un producto, sino también que la entrega sea impecable, sin fricciones y en el menor tiempo posible. Como nunca antes, se nos necesita.
Actualmente, se nos respeta, enseña y nos creen capaces. Tenemos oportunidades. Aunque falta aún mucho avanzar, se nos están presentando posibilidades por nuestras capacidades y no por nuestro género.
Futuro presente
Confiar, trabajar y ser profesional. Más que demostrar, tenemos que cuidar el espacio que nos hemos ganado para seguir construyendo la inclusión e integración. Aquello acompañado de cambios culturales y regulatorios que aboguen por la igualdad.
Sabemos que la industria es exigente, pero eso también nos gusta. Podemos complementar nuestra vida familiar, personal y laboral. El resguardo y el teletrabajo reinventaron nuestras vidas. Hoy, los conceptos son flexibilidad, productividad y, por sobre todo, confianza en los colaboradores.
La logística, hoy infraestructura clave para el suministro del planeta, vive momentos críticos pero también innovadores. Con la explosión del e-commerce la digitalización trajo soluciones transformadoras. Pero, también, clientes empoderados a los que se debe brindar una experiencia completa satisfactoria y única.
Tecnología y más tecnología
En pocos meses, las cadenas de suministro han ido avanzando de lo manual a lo digital. De lo escrito a lo automatizado. De lo desorganizado a lo inteligente. Soluciones de WMS, Voice Picking, robots, manos robotizadas, espejos inteligentes, RFID y una última milla más eficiente, sustentable y trazable.
Sin embargo, es fundamental comprender que, sin importar la industria, la tecnología en sí misma no tiene sentido alguno sin el factor humano. Los colaboradores son el recurso más valioso en una compañía y debe funcionar como un perfecto engranaje.
En la actualidad necesitamos trabajar mancomunados. Desde la consolidación de equipos sólidos, debemos dejar atrás las diferencias de género. Y, gracias a la digitalización, este proceso es más ágil.
Veo una industria en desarrollo y evolución. Automatizada, inteligente e inclusiva. Con el corazón de las empresas invirtiendo en soluciones tecnológicas, brindándoles visibilidad, incentivando la proactividad en el colaborador y enfrentando rápido las demandas del mercado.
Hay que seguir apostando en gestión femenina. Esperamos una balanza más equilibrada, que hombres y mujeres, en igualdad de condiciones, enfrenten un presente sin precedentes. Los clientes nos exigen servicios cada vez más satisfactorios. Debemos seguir facilitándoles la vida con experiencias creativas e innovadoras. Para ello, debemos trabajar juntos. Hoy y siempre.