Por más campañas de concientización que se realizan en el país, las cifras de fallecidos por la enfermedad no bajan, al contrario, van en aumento año con año, desde hace 17 años.
Por más campañas de concientización que se realizan en México, las cifras de muertes por cáncer de mama no bajan, al contrario, van en aumento año con año, desde hace 17 años.
Mañana, como cada 19 de octubre, se celebra en todo el mundo el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, y el objetivo prioritario, nuevamente, es lograr que las mujeres se autoexploren para detectar a tiempo esta enfermedad y puedan salvar su vida.
Estadísticas oficiales de la Secretaría de Salud, del Consejo Nacional de Población y del Inegi, presentadas en el Quinto Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, muestran que el cáncer de mama va en ascenso desde el año 2000.
Nada más para que se dé una idea: En el 2000 fallecieron tres mil 424 mujeres a causa de esta enfermedad, cuya tasa de mortalidad era de 14.1 por cien mil mujeres; en 2013 fueron cinco mil 526 y la tasa era de 16.6; y en 2016 fallecieron seis mil 646 mujeres y la tasa de mortalidad se ubicó en 18.8.
Y se estima que para este 2017 esta cifra pueda cerrar en seis mil 690 muertes por cáncer de mama, con una tasa de mortalidad de 19.3.
De ahí que uno se pregunte: ¿qué está fallando?, ¿qué es lo que falta hacer para que disminuya el número de muertes por cáncer de mama?
En mi opinión, después de darle seguimiento periodístico a este tema por lo menos en los últimos diez años, creo que los principales detonadores de esa situación son:
1.- Falta una mayor profesionalización de los médicos que se ocupan del primer nivel de atención para que detecten oportunamente los casos de cáncer de mama y eviten dar diagnósticos erróneos a las mujeres.
2.- Falta disminuir el tiempo para llegar a contar con la atención de un especialista. Las mujeres en esta situación suelen demorar hasta más de seis meses para llegar con el especialista, debido, muchas veces, a la tramitología que hay en los servicios de salud. Siete de cada diez mujeres que llegan a los servicios de salud del país se encuentran con cáncer de mama en etapas avanzadas.
3.- Faltan más oncólogos y radiólogos con la preparación adecuada para interpretar correctamente las mastografías. No basta contar con más aparatos y realizar millones de mastografías, si no se interpretan correctamente.
4.- Falta acabar entre las mujeres con el “a mí no me va a pasar”, que es el mayor causante de las muertes que se pudieron prevenir autoexplorándose.
5.- Falta vencer la desidia, vergüenza o miedo a dedicar unos minutos para autoexplorarse y/o acudir a hacerse una mastografía.
Abatelenguas
Porque como se advierte en todas las campañas, como se comenta en todos los foros, uno de ellos el reciente de “Cáncer de Mama Metastásico en México: necesidades y líneas de acción”, organizado por representantes de las asociaciones Milc y Salvati, cuando el cáncer de mama se detecta en una etapa temprana, las posibilidades de curación son elevadas.
Porque, como bien explicaron en este evento, “la posibilidad de sobrevivir en etapas 1 y 2 es de 98% y 88%, respectivamente, disminuyendo a 52% en etapa 3 y a 16% en etapa 4. Sin duda, la detección oportuna, así como el conocimiento sobre la enfermedad pueden hacer la diferencia para la supervivencia”.
Bajo el microscopio
Los médicos en México no recetan la morfina, esa es una de las conclusiones del Informe de la Comisión Lancet para el Acceso los Cuidados Paliativos y Alivio del Dolor.
A pesar de las modificaciones que se hicieron para que los medicamentos controlados, como la morfina, pudieran ser más accesibles para los pacientes que se encuentran en fase terminal, la realidad es que los médicos no están recetando estos productos y la morfina líquida tiene un costo 30 veces más caro que en otras partes del mundo.