Cerca de un 40% de los diplomados universitarios rusos trabaja en una esfera diferente para la que en un principio habían estudiado.
“Estudiaba para sacarme un título”, explica un joven llamado Andréi Vasilev. Cursó ingeniería en un instituto moscovita de electrónica y actualmente trabaja en una agencia que selecciona empleados de hogar. Andréi cree que su situación refleja una realidad social.
Esta idea la confimra Rostislav Kapeliúshnikov, subdirector del Centro de Investigación Laboral de la Escuela Superior de Economía, que explica que para los jóvenes lo importante es obtener un diploma de educación superior y no tanto una carrera determinada. “Todos creen que deben tener un título, el dónde y cómo trabajar se decide luego en función de las circunstancias”.
Según estimaciones de Kapeliúshnikov, alrededor del 20% de los titulados rusos no ejerce una profesión relacionada con su carrera universitaria. Además, entre un 15% y 20% se dedica a profesiones para las que no se requiere educación superior. De modo que entre un 35% y 40% de personas con educación universitaria cuenta con un título que no es necesario para su futuro laboral.
El experto señana que por este motivo hay una gran movilidad laboral en Rusia. Un arquitecto puede trabajar de joyero; un filósofo, como contable y un químico, como empresario.
En busca de una profesión
Los sociólogos afirman que la importancia de los títulos universitarios decrece debido a que muchos toman la decisión de qué estudiar en el último momento. “En mayo alrededor de un tercio de los escolares no están seguros sobre qué carrera quieren estudiar", y los exámenes de acceso a la universidad tienen lugar en junio-julio, explica a RBTH Ekaterina Popova, profesora del Instituto de Sociología de la Academia de Ciencias de Rusia.
Tras terminar la universidad, aquellos que solo tenían como objetivo conseguir título empiezan a buscar trabajo. “Lo que tienen en común la mayoría de compañeros que ahora trabajan en un ámbito diferente de nuestros estudios es que tomaron la vía fácil”, apunta Asjat Nurmanov, un joyero con título de ingeniero.
El propio Asjat, tras haber terminado sus estudios en Cheliábinsk (1.500 km al este de Moscú), estaba aburrido de su trabajo en un estudio de arquitectos y decidió convertir su afición al modelaje 3D en su profesión. Actualmente desarrolla modelos de joyería que imprime con impresoras en 3D.
¿Qué ocurría en la URSS?
La educación superior tenía una enorme importancia en la época soviética. Los egresados de entonces estaban obligados a trabajar durante tres años en el área que habían estudiado. No tenían derecho a elegir dónde trabajar (un moscovita podía ser enviado a Siberia), si bien aquellos que trabajaban por asignación no podían ser despedidos.
Al caer la URSS desapareció el sistema de asignación. Sin embargo, periódicamente se habla de un posible restablecimiento del sistema. El presidente de la Agencia Federal de Asuntos de la Juventud, Serguéi Pospelov, ha hablado en varias ocasiones de que la idea de trabajar por asignación era popular entre los jóvenes becarios y que merecería la pena considerar su restablecimiento a nivel estatal.
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