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¿Por qué es importante incorporar emociones en el aula?
Lunes, Diciembre 7, 2015 - 08:13

De acuerdo a Juan Casassus, filósofo, sociólogo y educador, aplicar esta modalidad de trabajo con los escolares cambia la relación con el alumno y el estudiante se siente, entonces, contenido y mirado sin crítica y juicio.

Cuando se incorporan las emociones al interior del aula los profesores y también los alumnos se transforman “en personas” y ello impacta en los estudiantes que se “sienten contenidos, vistos sin juicio ni crítica”.

Así lo asegura  Juan Casassus, filósofo, sociólogo y educador, cuyo enfoque sobre las emociones es utilizado actualmente en el campo de la salud, educación, gestión y terapia.

El experto impartió talleres durante cuatro meses a los profesores y directivos de 12 colegios municipales de Cerro Navia enseñándoles precisamente la importancia que reviste que las emociones no estén ausentes en la sala de clases.

Fueron los mismos maestros lo que le solicitaron a la Fundación Sara Raier de Rassmuss –que trabaja con la comunidad docente de la comuna- que se realizara un trabajo de este tipo tomando en cuenta la alta vulnerabilidad económica y social de los alumnos.

“En ese sentido la Fundación incorporó el valor de la psicología positiva como base para el desarrollo de herramientas clave en contextos de vulnerabilidad socioeconómica”, explica Juan Álvarez, gerente general de este organismo.

La meta de esta entidad es realizar aportes que permitan mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje en escuelas de comunidades vulnerables, y potenciar al máximo las capacidades de liderazgo pedagógico de directivos y profesores que trabajan en entornos altamente desafiantes.

Desigualdad

Juan Casassus, autor de“Camino en la oscuridad” entre otros libros,  señala que los efectos que puede tener la desigualdad social en la vida o el desarrollo profesional depende de lo que pasa en el aula y no tanto de la familia, los textos de estudio o de la gestión.

Lo que pasa en la sala de clases –agrega- afecta el aprendizaje y el desempeño en la sociedad.

“Las políticas educativas han estado centradas en una visión muy conductista, tradicional; (señalan) que los vulnerables no pueden aprender, pero es sólo una teoría”, manifiesta.

Hace hincapié en que el trabajo de incorporar las emociones en el aula no es teórico. “Se trata de algo práctico, experiencial. Es ver cuál es la experiencia de las personas, cómo se paran, por ejemplo, frente a lo que les ocurre”, apunta.

Releva el rol que juega el mundo emocional. “Se las suele despreciar y no se toma en cuenta es que a partir de las emociones sobrevivimos.  El aprendizaje y la salud dependen de ellas. La racionalidad no funciona sin una buena conexión con el ámbito de la emocionalidad. Cuando se entiende esto la vida se ve de otro color”, remarca.

Cambia la relación

En la medida que el profesor aplica esta modalidad de trabajo con los escolares cambia la relación con el alumno y el estudiante se siente, entonces, contenido y mirado sin crítica y juicio.

“Se le abre toda una posibilidad de aprendizaje, porque la experiencia de sentirse así es maravillosa. El tipo de pedagogía que se aplica actualmente niega a la persona y su efecto principal es poner al estudiante a la defensiva. Si alguien se pone  a la defensiva se vuelve tonto”, completa.

* Vea además en LaNación.cl: "Niños que progresan en matemáticas pueden salir de la pobreza". 

Imágenes | Flickr

Autores

Lanación.Cl