Natalia Schreiber, Business Partner de Mandomedio Consulting, refiere sobre los múltiples factores que pueden proyectar nuestra imagen.
Nuestra imagen, lo que proyectamos. Aunque nos cueste aceptarlo, a lo largo de nuestra carrera profesional debemos entender que no basta con ser profesionales, sino que debemos ser capaces de proyectarlo a los demás si queremos que nuestro crecimiento y desarrollo vaya en ascenso.
Entre los múltiples factores que pueden proyectar nuestra imagen se encuentra nuestro carácter, liderazgo y la confianza frente a nuestros pares, subalternos e incluso frente a personas que no nos conocen. Es muy importante tomar en cuenta que hoy en día la imagen personal es una herramienta más de trabajo, establece Natalia Schreiber, Business Partner de Mandomedio Consulting.
Un profesional integral no sólo debe estar dispuesto a tener un buen desempeño, sino a mejorar la imagen física que proyecta, considerando que ambas aristas son claves para el éxito; lo que no quiere decir que estemos obligados a usar corbata todos los días, pero si tener en cuenta que una camisa con un cuello prolijo, un pantalón casual y zapatos lustrados pueden marcar la diferencia para un profesional que se encuentra preocupado del desarrollo de su carrera dentro de una compañía.
En el mismo sentido, ¿cómo lograr que un equipo completo proyecte una imagen seria, responsable y comprometida con la visión de la empresa, sin tener la necesidad de uniformarlos? Se puede lograr a través de programas de imagen, dirigidos especialmente a ejecutivos, brindando herramientas y tips que abarcan desde el aspecto físico hasta la postura corporal y la comunicación no verbal, establece la especialista.
Mandomedio Consulting, tiene un programa especializado en esta material, con profesionales calificados para desarrollarlos a todo nivel jerárquico. De acuerdo con Schreiber, para personas que se encuentran buscando trabajo, es un desafío ser creíble y demostrar seguridad frente a personas que no conocen su trabajo. En estos casos se aconseja no caer en extravagancias para sorprender, sino llevar colores neutros, prendas clásicas, un buen peinado y un sutil pero elegante maquillaje en el caso de las mujeres.
En definitiva, agrega Schreiber, debemos entender que ser profesional es un concepto global, que abarca nuestra preparación académica, experiencia, conocimiento técnico, nivel de comunicación, habilidad de negociación, visión estratégica y por supuesto, nuestra imagen. Lo que proyectamos en relación a nuestra postura, actitud y preocupación por nuestra apariencia,
“En el arte de vestirse las palabras claves no son necesariamente belleza y perfección, sino variedad, contraste, carisma, actitud e identidad”, puntualiza la ejecutiva.