El déficit de profesionales en el área en Chile llegará a 39% en 2015.
Implican un buen nivel de empleabilidad y renta, ofrecen la posibilidad de proyectarse profesionalmente en otros países y se mantienen en línea con los nuevos conocimientos y desarrollos generados por la industria. Se trata de las carreras TIC, las que se han convertido en una alternativa cada vez más viable para que muchos jóvenes accedan a más y mejores oportunidades laborales.
De acuerdo a cifras de Kibernum, los especialistas del área tienen un 96,4% de empleabilidad en sus dos primeros años de experiencia laboral, y sueldos que promedian $5.625.000 (US$ 10.140) para un Gerente TI, $1.121.000 (US$ 2.020) para un Analista Programador y $700 mil (US$ 1.200) para un Ingeniero en Computación e Informática durante su primer año de trabajo.
A estas atractivas cifras se suma un dato aún más relevante. Según el estudio “Networking Skills Latin America”, elaborado por IDC y Cisco en 2013, el déficit de especialistas TI en Chile llegará a 39% en 2015, por lo que se necesitarán 14.501 nuevos expertos en el área, 10 mil más que en 2012.
“Las carreras TI se han transformado en una excelente alternativa laboral, más aún si se considera la escasez de profesionales TI de excelencia que hoy tenemos en nuestro país y que nos hace pronosticar que la demanda por estos especialistas continuará aumentando”, dice Marcelo Solari, Gerente de Personas TI de Kibernum.
Para Rodrigo Herrera, director de la Escuela TIC de AIEP, existen muy buenas razones para recomendar carreras TIC a los jóvenes, especialmente en la actualidad, “a juicio de muchos, el mejor momento de la historia para ingresar a esta industria”.
Algunas de ellas se relacionan “con el encuentro virtuoso de la tercera era de Internet que incorpora desarrollos claves como Cloud Computing, Movilidad y Redes Sociales, con la tercera generación de plataformas computacionales donde destacan especialmente los dispositivos móviles como smartphones y tablets, junto con una explosión exponencial de información y generación de datos en las redes globales”, explica Herrera.
Agrega que de esto derivan una serie de nuevas tecnologías, soluciones y tendencias que favorecen la adopción de TIC a escalas nunca antes vistas, tanto a nivel individual como empresarial. Entre ellas se encuentran infraestructura y aplicaciones como servicio a través de la nube, virtualización de recursos TIC, aplicaciones móviles de bajo costo y fácil acceso en App Stores, soluciones de análisis de negocios, infraestructura de redes globales fijas y móviles de mayor velocidad y ancho de banda, y redes sociales de uso empresarial.
“En definitiva, para los jóvenes de hoy, las carreras TIC ofrecen una infinidad de opciones de desarrollo como especialistas y un futuro promisorio por la alta demanda actual y futura, en cualquier tipo de empresa o entidad”, enfatiza Herrera.
Mutación
Para Marcelo Solari las carreras tecnológicas tienen, sin duda, un futuro prometedor. No obstante, cree que estos programas irán sufriendo mutaciones y comenzarán a ofrecer nuevos conocimientos y competencias a quienes los estudien, a fin de satisfacer las necesidades de una industria cada vez más exigente.
“Hoy se les exige a los profesionales TI involucrarse en el mundo en los negocios, de gestionar sus propios proyectos. Se les pide ser más asociativos con distintas personas, generar colectivos y promover el emprendimiento, y esa exigencia se irá incrementando en el tiempo”, afirma.
A juicio de Solari, “las carreras TIC deben estar más conectadas con lo que está pasando en el mundo de los negocios y quienes las estudien deben ser sensibles a estos temas y construir valor para otros. Un gerente de informática no puede ser un simple hacedor de pedidos, sino alguien que tome decisiones en su empresa”.
Herrera, por su parte, sostiene que estas carreras irán evolucionando a la par con los cambios tecnológicos y necesidades en la industria local y global, tal como lo han hecho hasta ahora, incorporando “nuevos lenguajes, herramientas, metodologías y también un balance con temas complementarios pero relevantes, como el idioma inglés y habilidades blandas, que son críticos en estas especialidades”.