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Por qué las escuelas de negocio se abren a las humanidades
Martes, Abril 10, 2012 - 17:19

Business are business, pero no todo lo que lleva al éxito o al fracaso depende de la fría disciplina del management. Hoy el entorno es tan cambiante que a los ejecutivos no les basta con lo de siempre.

Algunos acusan a las escuelas de negocio de haberse encerrado en una torre de marfil e ignorar el contexto. Y es que hoy, como nunca antes, el entorno cambia a una velocidad increíble. En medio de cambios constantes, el mundo se ha vuelto tan caótico al punto de que eventualidades en cualquier punto del planeta afectan los resultados de pequeñas y grandes compañías por muy lejos que estas puedan operar. Por tanto, el ejecutivo de hoy no puede darse el lujo de mantenerse al margen de los acontecimientos. Así, el éxito de una compañía depende de una dirección con objetivos claros, al mismo tiempo capaz de reaccionar a los cambios externos con flexibilidad e inventiva.

Por otra parte, una conciencia cívica ha despertado alrededor del mundo. Los indignados de Madrid, los ocupantes de Wall Street, los estudiantes chilenos y ni qué decir las decenas de miles de individuos de todas partes que actúan en internet bajo la identidad colectiva de Anonymous le exigen cada vez más a los dirigentes políticos y las grandes corporaciones transnacionales un cambio de esquemas. Demandan un nuevo modelo de acciones que respeten el medio ambiente, que muestren más responsabilidad social, que en general no sólo generen ganancias y progreso económico sino agregen valor social.

En respuesta a esta nueva realidad, se discute cómo deben ser los líderes de las organizaciones públicas y el capital privado. Desde las instituciones con la función de formarlos como son las escuelas de negocio, se experimenta cómo puede ser la fómula ideal para la educación del ejecutivo y el emprendedor del futuro.

Recientemente, se discute la necesidad de ampliar el perfil educativo de los estudiantes, de incluir en las mallas curriculares de los programas MBA disciplinas y perspectivas más relacionadas con las humanidades.

"Para navegar con éxito en esta nueva realidad global, es esencial que los empresarios entiendan cómo una multitud de factores no directamente vinculados al universo de los negocios puede afectar estratégicamente las operaciones de sus compañías. Para esto, los ejecutivos deben observar más allá de las páginas económicas de los medios, y revisar los titulares de noticias sobre política, diplomacia, y seguridad nacional, así como buscar información sobre innovaciones tecnológicas, cambios demográficos y derecho internacional", comenta Bhaskar Chakravorti, decano asociado en la Fletcher School de la Tufts University en EE.UU., en una reflexión publicada en el Financial Times.

En este sentido, ¿qué hacen las escuelas de negocios para contribuir a formar los líderes que estos tiempos demandan?

Sara Neher, decana asistente de admisiones en la Darden School of Business de la University of Virginia, refiere que "se han introducido cambios en los planes de estudio de los MBA. Tenemos por ejemplo nuevos talleres sobre sostenibilidad medioambiental y sobre innovación corporativa, donde los estudiantes se obligan a tomar en cuenta características del contexto". Ciertamente, cuestiones de la geografía local pueden influir en las operaciones de una empresa tanto como los hábitos de consumo y las necesidades de un mercado específico son relevantes a la hora de encausar las estrategias innovativas, de márketing y de ventas de un emprendimiento.

"Y esto ha sido motivado a raíz de las solicitudes tanto de los estudiantes como de las corporaciones, y no sólo como reacción a la reflexión ética alrededor de la crisis financiera internacional. Observamos que hay mayor interés por las artes y la creatividad, por lo cual también ofrecemos cursos opcionales sobre el proceso creativo en el diseño del producto, hemos implementado laboratorios de innovación donde los alumnos pueden trabajar con materiales y desarrollar habilidades creativas", añade Neher.

Santiago Iñiguez, presidente de la española IE University, comentó a AméricaEconomía cómo su institución ha venido trabajando desde hace tiempo en este sentido. Primeramente, se fomenta la diversidad estudiantil en las aulas, lo cual es de por sí una fuente rica de aprendizaje sobre otras culturas. A su vez, los planes de estudio se han adaptado para incluir asignaturas más humanistas y artísticas, "en IE Business School los estudiantes cursan módulos que estimulan la discusión sobre la ética empresarial, la deontología profesional, cuestiones de sostenibilidad y responsabilidad social corporativa. Por ejemplo, uno de los primeros módulos enseña sobre diseño, lo cual permite al estudiante desarrollar más habilidades de observación y entender la importancia de actuar de modo más reflexivo ante las situaciones. Otro aborda la historia del management, y aprenden que la historia es cíclica, pero también comprenden que es relevante conocer errores del pasado para prevenirlos en el futuro. Todo esto redunda en que se tomen mejores decisiones".

En Brasil, la Fundación Getulio Vargas (FGV) ha reforzado la perspectiva humanística en la enseñanza de materias relacionadas con la negociación y el management. Marina Heck, decana asociada del programa OneMBA y de la Maestría Profesional en Administración (MPA), describe cómo se imparten materias "para reflexionar acerca de cómo entender y estudiar elementos culturales. Un curso trata del aspecto cultural de los negocios, cuya base remite a la antropología, con el análisis de los hábitos de comportamiento y las identidades grupales, individuales y nacionales. Además, se enseña un módulo de innovación estratégica, donde se estimula tanto la observación de los contextos, para determinar hacia dónde guiar la innovación, pero también desarrolla habilidades creativas. La materia de economía tiene mucho que ver con la política, las legislaciones y las regulaciones internacionales".

Nuevas materias, nuevos alumnos

"Efectivamente, los estudiantes que son elegidos para el OneMBA y el MPA son de una calidad distinta que aquellos que optan por programas MBA más especializados en sectores como pueden ser las finanzas, el márketing o los recursos humanos. Son por lo general alumnos de más experiencia, procedentes de áreas distintas que van desde la abogacía hasta las ingenierías, pero que tienen en común un interés y una sensibilidad por cuestiones sociales, una mentalidad más humanística y más flexible, capaces de desconstruir sus criterios, lo cual los dispone al cambio personal. No es extraño que uno de estos estudiantes que haya entrado al curso con la idea de ascender en su empresa para ocupar la vicepresidencia, la presidencia o la cabecera de un área importante, termine con la decisión de emprender otro tipo de actividad, y cree su propia organización desde la cual contribuir más directamente a la comunidad", dice Marina Heck.

Más al norte, en Darden, Neher también observa un giro semejante respecto al perfil de los estudiantes admitidos en los programas MBA. Neher comenta que "son cada vez más los estudiantes formados dentro de las humanidades los que postulan a los MBA. Son profesionales que han trabajado como curadores de galerías de arte, o con estudios medioambientales que han servido como consultores para organizaciones sin ánimo de lucro, o que han trabajado en instituciones científicas. Definitivamente un espectro mucho más amplio en cuanto al perfil del estudiante, pero también vemos que las industrias buscan este tipo de habilidades en sus empleados, el tipo de conocimiento que se considera como no tradicional dentro del mundo de los negocios".

Sin embargo, Gustavo Genoni, ex director del MBA de la Universidad Torcuato de Tella en Argentina que también imparte clases en la Adolfo Ibáñez de Chile, llama la atención sobre un aspecto que no suele ser mencionado por quienes abordan este tipo de reflexiones. El profesor argentino señala que "una manera de sensibilizarse con los retos y las oportunidades de la globalización, y los desafíos y ventajas que emanan de las diferencias culturales en las negociaciones y en el trabajo en equipo, es tener la posibilidad de acceder a una educación internacional, de compartir una experiencia educativa con personas de distintas procedencias y culturas. Pero lamentablemente esto es algo muy caro, que no está disponible para todos los cuadros de una compañía. Es algo que se piensa concretamente para quienes tomarán las responsabilidades directivas".

Autores

Jennifer P. Roig