Falta de alfabetización digital en los profesores, nulo fomento en el uso de la tecnología y escasa inversión en la educación TIC serían algunas de las razones.
El Ministerio de Educación en Chile entregó los resultados del Simce de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), prueba que midió las habilidades de los niños frente a un computador y otras herramientas tecnológicas.
La medición, que corresponde al Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (SIMCE) aplicada en Chile por la Agencia de Calidad de la Educación, presentó varios resultados llamativos, por ejemplo, se comprobó que existe una brecha de 70 puntos entre los estudiantes de mayores y menores ingresos. Fue así como mientras el puntaje promedio del grupo de estudiantes con GSE (Grupo Socioeconómico) más alto fue de 289 puntos, el de GSE más bajo; 219 puntos.
Al mismo tiempo, la prueba arrojó que sólo un 1,8% de los estudiantes tienen un nivel avanzado en manejo tecnológico, a pesar de que el 88% de ellos tiene en su casa un computador.
Para Rodrigo Herrera, director de la Escuela TIC del insituto profesional chileno AIEP, el origen del mal manejo de los estudiantes frente a un computador radica en que en los colegios no se fomenta el uso de las Tic´s. “La piedra angular en la educación es el docente, de quien nos hemos olvidado de entregar un nivel de formación y alfabetización digital acorde a los tiempos. Y no hablo sólo de los profesores que enseñan Tecnologías, sino de absolutamente todos los maestros que de una u otra forma usan tecnologías en sus disciplinas y gestión”, dice Herrera.
Otro factor que incidirían en que los estudiantes no desarrollen habilidades más complejas en el área TIC es que no ven al PC y la tecnología en general como una herramienta, sino que más bien como una plataforma de entretención. Según Eduardo Gómez, gerente Vertical Financiera de COASIN Business Solutions, para los niños y adolescentes “el computador es utilizado sólo para mirar las redes sociales y jugar, en desmedro del uso de instrumentos tales como el Office, el que sólo manejan a nivel muy básico”.
En cuanto al análisis de información el Simce arrojó que sólo el 6,3% de los estudiantes logra este nivel, en tanto que un 4% consigue integrar la información, un 6,3% analizarla y un 8,8% organizarla.
Para aumentar las habilidades en tecnología y lograr integrar los conocimientos Gómez cree que “se debe mejorar la capacidad de lectura y de comprensión de los alumnos. Luego, entregarles más habilidades sociales, generar labores colectivas que promuevan el uso del trabajo en equipo con las herramientas computacionales y gestar un programa ético a nivel de psicólogos o especialistas que destaquen de forma positiva las consecuencias del uso de estos medios”.
Jocelyn Soza, jefe área académica Kibernum, señala que “para revertir los malos resultados se debe incluir el desarrollo de habilidades tecnológicas desde la enseñanza básica, por medio de talleres u otras metodologías de índole práctico, las cuales permitan a los alumnos aprender desde la experiencia. Es importante que se realice a temprana edad para aprovechar la flexibilidad que tienen los más pequeños con el desarrollo de nuevas habilidades”.
Consecuencias futuras
Según estudio de AIEP y la ACTI-Asociación Chilena de Empresas de Tecnología de Información en el mediano plazo aumentará en un 32% de la demanda de técnicos y profesionales de las tecnologías de la información en nuestro país, cifra que puede aumentar si los futuros estudiantes no logran adquirir desde temprana edad las habilidades tecnológicas básicas.
Así lo recalca Herrera, quien explica que “si no se resuelve en la base, es decir, en los colegios, la brecha de especialistas seguirá aumentando y lo peor es que comprometerá proyectos informáticos valiosos actuales y futuros, situación que innegablemente impactará en la productividad del país”.
Por su parte, Gómez considera que de seguir esta condición la inserción laboral se hará más lenta, generando gastos no considerados en las empresas. “Esto puede llevar a un gran desgaste institucional, porque son cambios que se deben generar en acciones adquiridas por los alumnos, las cuales no son fáciles de cambiar en el corto plazo”, señala.
No obstante a que el trabajo por mejorar los resultados está ligado principalmente a reforzar la labor en las escuelas y colegios, los especialistas del área TIC coinciden en que las entidades de educación superior, empresas y particulares también tienen colaborar en este proceso.
“Me parece que a la luz de estos resultados quienes estamos ligados a las entidades del área TIC tenemos la responsabilidad de crear instancias o programas concretos y permanentes, que permitan apoyar el desarrollo de las habilidades tecnológicas y sobre todo disminuir la brecha existente entre los estudiantes de menores ingresos y los de mayores ingresos. Lo ideal sería que en los colegios más carentes se entregaran de equipos, implementaran de talleres y se invitara a los estudiantes a conocer en terreno el trabajo que se desarrolla a partir de distintas tecnologías y haciendo uso de ellas”, propone la Jefa académica de Kibernum.
Para los especialistas es primordial que se aumente en la inversión, tanto de las empresas como del estado, para lograr un mayor desarrollo de la malla curricular TI, elevar el contenido y al mismo tiempo mejorar las prácticas en los colegios. Sólo de esa forma los estudiantes podrán mostrar un progreso en las habilidades complejas del uso de la información.