Estamos convencidos de que no somos buenos colaborando con otros, pero ¿qué tanto ha sido un error personal?
Los mexicanos damos por hecho que no sabemos trabajar en equipo, y tenemos razón. Estudios revelan que, a pesar de que somos muy competitivos, estamos en el sótano en cooperación. El buscador de Google arroja más de 700.000 artículos que exponen nuestra falta de colaboración en política, deportes, sociedad, economía. En un sondeo de El Empresario, más del 72% de los 86 participantes respondió que los mexicanos no somos buenos trabajando en equipo.
No es para menos esta creencia. Desde los primeros años de la escuela, los mexicanos no hemos sido entrenados para trabajar en equipo, y ahora que la economía del conocimiento obliga a la colaboración, las organizaciones sufren para echar de la oficina al individualismo.
Pero, ¿por qué no sabemos colaborar con otros? ¿de dónde viene este individualismo? Y más aún ¿cómo podemos corregirlo?
Formando lobos solitarios
Para Katia Villafuerte Cardona, profesora de Ciencias Sociales y Humanidades del Tecnológico de Monterrey, nuestra mentalidad sobre el trabajo en equipo tiene que ver con el lado del mundo en el que nos tocó vivir, el Occidente, donde se aprecia más el individualismo y el éxito personal, fomentado desde los primeros años de escuela.
“Tú trabajas solo, no copies a nadie, hazlo tú solo, tienes que poder solo… desde muy pequeños nos van metiendo la idea de que lo correcto es trabajar de manera individual y que debemos ser sumamente competitivos con otros”, expone la académica.
El clasicismo y el racismo en la sociedad mexicana también son factores que explican nuestra falta de colaboración con otros. “El mexicano siempre va a poner muy por encima del bien común u organizacional a su círculo más cercano o a su familia”, agrega la especialista.
La empresa también influyó en este individualismo. Antonio Barba Álvarez, doctor en estudios organizacionales por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explica que hasta hace 50 años la dinámica de trabajo estaba orientada hacia la especialización, los trabajadores eran capacitados para hacer tareas específicas. Es a partir de la década de los 60 cuando se comienza a trabajar por equipos en las organizaciones.
“El trabajo en equipo responde a una forma de organización más avanzada y para trabajar en equipo se requiere una formación profesional integral, no solo especializada, de ahí la necesidad de capacitar cada vez más a los trabajadores. Ésa es la condición del trabajo en equipo, el conocimiento amplio y ¿qué pasa con la mayoría de los trabajadores? No tiene ese conocimiento, acaso su formación llega a lo estrictamente técnico especializado”, expone.
Una manifestación del trabajo en equipo fueron los Círculos de Control de Calidad (CCC) de tipo japonés, que comienza a desarrollarse en México en 1973, con relativo éxito, pero a finales de la década de los 80 sólo existían aquellos donde la Alta Dirección estaba comprometida con la calidad, narra en un artículo Ricardo Hirata Okamoto, director general de Keisen Consultores y expresidente de la Asociación Mexicana de Trabajo en Equipo (AMTE).
Datos de Keisen Consultores arrojan que en el 2010 habría 100.000 equipos de trabajo en todo el país, un crecimiento anual de 100% respecto a los seis años previos, y eso implicaba que un millón de personas estaba resolviendo al menos dos problemas al año en las empresas de manera colectiva, con un ahorro hasta de 300 millones de dólares por mejora.
Cambio de chip
“El trabajo en equipo es parte de lo que nos hizo evolucionar como especie”, recuerda Claudia Rivas, especialista en psicología del deporte, sin embargo, México ha olvidado esta lección. La experta comenta que, según estudios, México es de los países menos cooperativos, pero está entre los más competitivos.
Los investigadores entrevistados subrayan que hay mucho por hacer desde la educación básica, donde aún persiste la visión individualista del trabajo. Es hasta el bachillerato o la universidad cuando los estudiantes comienzan a trabajar en equipo, y aún ahí fallan.
“En mi experiencia como profesor he podido constatar la dificultad que existe entre los alumnos para el trabajo en equipo, porque toda su formación anterior fue individual”, comparte Barba Álvarez.
También se debe insistir en las empresas en la capacitación, condición necesaria para el trabajo en equipo. En Japón, señala el experto de la UAM, 30% del horario laboral se dedica a la instrucción, mientras que en México no llega al 1 por ciento.
Cabe recordar que, en México, ocho de cada 10 mipymes (micros, pequeñas y medianas empresas) no capacita a su personal, según una encuesta del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
Pero “lo más importante es que el líder marque la pauta”, subraya Katia Villafuerte Cardona. Es éste quien debe sacar lo mejor de cada miembro, convencerlo, y entrenarlo de acuerdo a su posición en la organización.
Finalmente, Claudia Rivas recomienda iniciar a los niños en el trabajo en equipo para que desarrollen el valor de la cooperación, y una forma adecuada es el deporte, que es el mejor lujar para comprender el trabajo para alcanzar un objetivo común, que es ganar un partido.