Cuando los niños pequeños utilizan insultos antes de los 2 o 3 años, usualmente solo están repitiendo lo que han escuchado.
Los niños aprenden a insultar a una edad cada vez más temprana. El profesor de psicología Timothy Jay, sugiere que el incremento en el uso de malas palabras entre los niños no es sorprendente, dado el uso creciente de estas palabras entre los adultos desde los años de 1980.
"Para el momento en el que van a la escuela, ya dicen todas las palabras que intentamos que no escuchen en la televisión", dice Jay. "Detectamos que comienzan a utilizarlas entre los 3 y los 4 años".
De todas maneras, los niños no utilizan insultos más fuertes que antes, solo insultos comunes pero con mayor frecuencia, según las investigaciones más recientes.
Cuando los niños pequeños utilizan insultos antes de los 2 o 3 años, usualmente solo están repitiendo lo que han escuchado. Como están aprendiendo a usar el lenguaje para comunicarse, los niños imitan palabras para hacer sonidos y ver como reaccionan quienes están a su alrededor. Con esas respuestas, los niños descubren el significado de las palabras.
Por lo tanto, es importante darse cuenta que el niño que insulta puede no tener idea de lo que está diciendo en realidad. Cuando son algo mayores, los niños insultan por diferentes razones. Si no escuchan una palabra con frecuencia, pueden usarla porque no entienden que es ofensiva.
Quizás se la escucharon decir a alguien que admiran. Y pueden aplicarla para intentar ser igualmente cool. O, puede que simplemente les guste como suena.
En la edad en la que comienzan el jardín de infantes, suelen darse cuenta de que los insultos son ofensivos y pueden dejar de usarlos por su cuenta. Pero, como muestra el trabajo clínico con niños, pueden "tirar la bomba" cuando están asustados, frustrados o quieren herir a otros.
Algunos niños buscan la atención que reciben cuando dicen malas palabras y pueden usar estas groserías para exhibirse ante sus pares.
Los niños que están desarrollando su propio vocabulario son como aspiradoras del lenguaje, absorbiendo tantas palabras como pueden. Los expletivos emocionalmente cargados destacan como si fueran superhéroes.
Aunque quizás no sepan que significan, los insultos son interiorizados como palabras con superpoderes. Y se usan cuando las palabras normales no alcanzan. Por eso es que los niños suelen insultar en los momentos más incómodos. En esas situaciones, los niños pueden confrontar expectativas nuevas o diferentes.
Para evitar que los niños insulten, la mejor estrategia es la prevención. Si los niños no están expuestos a las groserías, no las usarán. Aunque la televisión, los dibujos animados y el mundo entero están llenos de malas palabras, los niños tienen más probabilidades de escucharlas con los adultos que están en casa.