Aunque la tentación de no levantarse puede ser grande, especialistas recomiendan mantener rutinas cercanas a las de la vida regular para cuidar la salud mental.
La psicóloga Catalina Martínez con experiencia en áreas de psicología social y clínica explica que a pesar del cambio que está pasando en la sociedad por cuenta de la pandemia todos debemos tener presente que la vida no se ha detenido y lo que estamos haciendo es adaptarnos a las circunstancias. “Es importante que no descuidemos nuestro aseo personal que nos bañemos, nos vistamos y arreglémonos como solemos hacerlo para ir a trabajar”. La especialista también nos cuenta que el hábito de bañarnos nos permite separar espacios en la realización de cada una de las actividades que haremos en el día.
Según la especialista, es importante continuar haciendo aquellas cosas que haríamos en condiciones normales, ajustándonos a la coyuntura actual. “Si después de trabajar hacemos ejercicio, entonces será importante que distingamos esos dos espacios, haciendo uso de distintas prendas para cada actividad”. Otra de las indicaciones importantes de la especialista es que la pijama hay que dejarla para la noche, al momento de irnos a dormir porque fue diseñada para hacer de nuestro descanso algo más placentero.
Recuerda que la forma de vestirnos afecta como actuamos y como nos sentimos. Nuestro cerebro también lo sabe y lo asocia directamente al descanso, “el diseño de la pijama está pensado en relación con la hora de dormir, por eso nos resulta tan cómoda para estar con ella todo el día”, comentó la especialista. Desde pequeños hemos aprendido a asociar que la forma cómo nos vestimos está directamente relacionada con las actividades que desarrollaremos. Según Catalina debido a esa forma de asociar le atribuimos categorías y reconocemos los códigos de vestuario que podemos usar conforme a la ocasión.
“Las personas tendemos a actuar y pensar diferente, dependiendo del tipo de ropa que usemos. Por eso, es válido decir que la ropa que usamos cada día produce un efecto psicológico, pues nos ayuda a delimitar las actividades que realizamos”, comentó Catalina. La experta afirma que al usar ropa formal nos sentimos más competentes y activos frente a actividades como el trabajo, en contraste, cuando usamos ropa más casual, nos sentimos más relajados y dispersos, por lo que no contamos con la misma disposición para realizar labores que demanden esfuerzo y concentración. De allí, que sea válido decir que la ropa afecta la manera cómo nos percibimos socialmente, pues nos permite distinguir roles y espacios, además, aunque no lo creamos la forma de vestirnos también impacta la forma cómo nos percibimos a nosotros mismos.
Catalina recomienda que ahora que estamos en esta fase de cuarentena, dejemos la pijama para cuando vayamos a descansar y de esa manera damos por finalizado el día. “El horario para su uso dependerá de cómo tengamos estructurada nuestra rutina. Si estamos entre semana, se recomienda despertarnos temprano y arreglarnos de inmediato, lo que implica dejarla a un lado hasta cuando sea de noche y queramos descansar”. Si es fin de semana, la especialista recomienda que dependiendo de las actividades que tengamos programadas, podemos decidir a qué horas debemos quitarnos la pijama, pero la recomendación ideal y en cualquier caso, es importante que no permanezcamos con ella todo el día, de este modo, si en algún caso queremos tener un ‘día de pereza’, lo podremos ver como una situación de algo excepcional y no como regla.