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¿Por qué tengo que memorizar la tabla periódica de los elementos?
Jueves, Agosto 3, 2017 - 12:25

Anteriormente se solía aprender la completa tabla periódica de memoria. Los químicos de hoy ya no lo hacen. Y con razón.

Un colega mío en Berlín es químico. A Klaus seguramente no le importa si menciono que él es un poco mayor que yo. Probablemente unos 20 años mayor. Lo menciono por que es relevante para lo que quiero contar.
 
Cuando Klaus fue estudiante, su profesor quería que se imaginase la tabla periódica como una tablero de ajedrez. Le planteó la siguente pregunta: Si te imaginas que eres el caballo colocado sobre el elemento Germanio (GE), ¿a dónde puedes saltar?
 
Me fui a la ciudad de Lindau. Desde 1951 se reúnen allí anualmente premios Nobel de Química, Física y Medicina con talentosos científicos jóvenes de todo el mundo. Aquí los jóvenes talentos de la química seguramente podrían responder correctamente a la prueba del profesor de Klaus, pensé. Sin embargo, quedé asombrado con la alta cuota de fracaso.
 
El mejor resultado fue dos de los siete elementos correctos: Boro (B), Nitrógeno (N), Azufre (S), Telurio (Te), Bismuto (Bi), Talio (Ti) y Cadmio (CD).
 
Uno o dos de los jóvenes científicos acertó con Nitrógeno, otro adivinó el Cadmio. Pero en su mayoría se perdieron entre Silicio (Si), Fósforo (P), Estaño (SN), Selenio (Se) o Plomo (Pb).
 
Me parece que nadie se preocupó demasiado por el resultado. Sólo algunos estaban un poco avergonzados.
 
Los jóvenes científicos ya no se preocupan de aprender la tabla de memoria. Y los profesores tampoco lo demandan.
 
"Lo más importante es que los estudiantes se centren en la información confiable", dice Izidor Sosic, profesor e investigador en la Universidad de Liubliana. "Todo se encuentra ya en Internet y hay que saber cómo utilizar la información para avanzar en tu trabajo, y eso no incluye aprender cosas de memoria que están fácilmente disponibles".
 
En los exámenes se les da a los estudiantes una copia de la tabla periódica, cuenta Joy Jiang, de la Universidad de Sydney. ¿Para qué aprenderse eso de memoria? Jiang se crió en China y empezó a memorizar la tabla a partir de los 13 años.
 
Okay, digo, imagínate que eres el caballo del juego de ajedrez y te encuentras sobre Germanio…
 
No consigo acabar la frase porque Jiang ya se muere de risa.
 
"¡Yo no sé dónde se encuentra el Germanio! ¡Pero sé lo que es Germanio! "
 
"Es una impresión común que tiene la gente sobre la química. Piensan que nosotros nos tenemos que aprender todo de memoria", dice Jiang. "Pero para mí se trata de entender las cosas".
 
Esa lógica convence fácilmente. Entender las características es mucho más importante que ser capaz de visualizar dónde están ubicados los elementos en la tabla periódica.  Pero posiblemente hay otros métodos para moverse como el caballo de ajedrez
 
"Si conocemos la configuración de electrones, sabemos sus números", dice Raphael Alhadeff, de la Universidad de California del Sur. "Yo, por ejemplo, no pienso sólo en nitrógeno. Sé que el nitrógeno tiene cinco electrones. Así que el nitrógeno está en el quinto lugar. Después vienen oxigeno, flúor y neón. Porque tienen seis, siete y ocho electrones respectivamente.
 
Es fascinante escuchar a Alhadeff explicar su método numérico. Realmente funciona. Pero en la pruba con el caballo de ajedrez él también falla miserablemente. ¿Nunca tuvo que aprenderse de memoria  la tabla periódica?, le pregunto. "¡Por Dios, no!", me responde. "Eso lo harán en algunos países asiáticos y se hizo hace años en Europa, pero nosotros, nunca".
 
Hay otra razón por la que nadie quiere ya memorizar toda la tabla periódica. Nunca más la va a necesitar. Y si aún te empeñas, lo puedes conseguir cantando. "En Japón tenemos una canción que empieza con hidrogeno y contiene todos los elementos", dice Ryojun Todoya, de la universidad de Tokio.
Y en EE.UU. también existe una canción parecida: La canción de los elementos, de Tom Lehrer. Pero hay que admitir que la melodía es pobre. No entiendo cómo alguien puede recordarla.

Autores

Zulfikar Abbany/ Deutsche Welle