Ignacio Fernández, director del Departamento de Psicología Organizacional de la Universidad Adolfo Ibáñez; y Andrés Díaz, director de Marketing Austral de Kimberly-Clark Professional, reflexiona sobre la felicidad corporativa.
De un tiempo a esta parte, en las empresas se ha venido analizando cómo mantener a los trabajadores motivados. Los esfuerzos generalmente van en primera instancia por el lado de mediciones de desempeño y satisfacción, para luego desarrollar una serie de actividades. Sin embargo, algunos proponen acortar las horas de trabajo.
Quizá en los espacios donde el factor creactividad es fundamental, el tiempo pasa a ser fundamental. En el caso de Google, que incentiva el intraemprendimiento, se permite que usen el 20% de su tiempo para dedicarse a proyectos de este tipo. En la empresa de consultoría Boston Consulting Group, una vez que se cumplen cinco años de antigüedad laboral, se deja un periodo de ocho semanas para que los trabajadores puedan reflexionar y rejuvenecerse.
Para analizar qué hace a un empleado más feliz que otro y qué están haciendo las empresas para mantener comprometidos a sus trabajadores, hablamos con Ignacio Fernández, director del Departamento de Psicología Organizacional de la Universidad Adolfo Ibáñez; y Andrés Díaz, director de Marketing Austral de Kimberly-Clark Professional.
-¿Por qué existe tanto interés por centrarse en la felicidad de los trabajadores y que esto se ligue con el espacio físico, cuando existen otras variables quizá más importantes, como que el área de RRHH escoja a los candidatos idóneos, lo que puede generar empleados más felices porque están en una posición correcta?
Ignacio Fernández (IF): El abordaje hacia la Felicidad Organizacional es sistémico. Las condiciones de trabajo y los procesos eficientes, simples y coordinados de trabajo son lo mínimo para establecer condiciones higiénicas de bienestar en el trabajo. Sobre ello, se requiere una gestión de personas que se localice en desarrollar seis focos: posibilidad, sentido, relaciones confiables, desarrollo profesional y personal, engagement, y logro y reconocimiento. Creer que se podrá aumentar la felicidad de los trabajadores solo por el mejoramiento del espacio físico es una utopía, una mirada estrecha.
-Si bien la infraestructura del lugar de trabajo puede ser uno de los varios factores que afectan en la felicidad de los empleados, ¿cuánto realmente pesa que el lugar de trabajo esté apto para trabajar?
IF: Es una condición higiénica. Es decir, un lugar de trabajo con buena infraestructura no motiva, pero su ausencia, un mal lugar de trabajo, desmotiva y genera estrés y malestar en los trabajadores.
Andrés Diáz (AD): Un entorno de trabajo seguro, sano y confortable es fundamental para el bienestar y felicidad del trabajador. Se ha comprobado, por ejemplo, que trabajar durante muchas horas en un lugar oscuro, antihigiénico, con implementos inadecuados y falta de comunicación con sus compañeros, redunda en una baja autoestima y –por ende- en una menor productividad. Además, el hecho de que el lugar de trabajo esté higiénico, contribuye a la salud de los empleados e indirectamente, a la baja en el ausentismo laboral.
-¿Qué clase de oficina debería ser el escenario ideal de los trabajadores?
IF: Una oficina luminosa, con buena ventilación, con espacios para reuniones y conversaciones privadas, y muchos lugares para interactuar, compartir y colaborar. Óptimamente, la empresa dispondrá de una cafetería con pizarras para que en esa conversación informal surjan buenos diálogos productivos, generando ideas de mejoramiento para el trabajo. Un buen lugar de trabajo permite pasarlo bien, reír, interactuar y colaborar. Un espacio de trabajo pro-felicidad es el que promueve las relaciones confiables y no la competencia entre personas y equipos.
AD: Desde Kimberly-Clark Professional vemos que una de las tendencias de las empresas y oficinas de hoy, especialmente en Chile, es la de generar espacios abiertos para que las personas puedan interactuar y relacionarse a nivel profesional. Por lo tanto, cada vez más las empresas deben proveer soluciones para higienización y sanitización en espacios comunes, con el fin de que las personas mantengan su lugar de trabajo limpio y ordenado. Hoy, las empresas se preocupan por generar ambientes de trabajo saludables y gratos.
-Además del espacio físico, ¿existen ciertos patrones de comportamiento de colegas y jefes que pueden mejorar aún más el bienestar de los trabajadores?
IF: El patrón general es el de relaciones confiables, construyendo confianza, colaboración y un trato horizontal. Desde los jefes, el líder combina un rol firme en el qué y una actitud horizontal y cercana en el cómo se relaciona. Sin líderes firmes y cercanos no es posible el bienestar en el trabajo.
-Un empleado infeliz, ¿qué clase de comportamiento puede tener y cómo esto puede afectar a la empresa?
IF: Desmotivación, estrés, licencias médicas y comportamiento negativo que contamina a los demás. Ello afecta a la empresa de cuatro modos directos: un mal desempeño en el cargo, escaso servicio al cliente, baja excelencia operacional y ausencia de innovación.
-Las empresas suelen medir la satisfacción de sus empleados mediante consultas o test, pero ¿se ponen manos a la obra si evidencian un problema, tomando en cuenta que hay muchas firmas con cientos de empleados y otras más pequeñas donde ni siquiera existe el departamento de RRHH?
IF: Cuando una empresa decide medir la satisfacción de los empleados es señal de la voluntad para hacerse cargo de las dificultades que aparezcan y para mantener las áreas de fortalezas. Por ello la medición de satisfacción en el trabajo o las de clima laboral suelen ser un impulsor de una gestión organizacional que se responsabiliza de las inquietudes y problemas.
-¿Las empresas en América Latina y Chile están conscientes que para que haya productividad se requiere que los empleados estén felices y que esta felicidad no sólo se alcanza mediante un alto sueldo?
IF: La certeza de “trabajadores contentos, clientes contentos y acciones contentos” está extendiéndose rápidamente entre los directivos. La dificultad es que asociar felicidad a productividad, lo que la ciencia confirma que es así, tiene el riesgo de querer promover felicidad sólo como un instrumento de mejoramiento de resultados.
Eso en sí mismo no se sostiene en el largo plazo. Lo que permite que la productividad y los resultados se sostengan en el largo plazo es la convicción de los directivos de la necesidad de poner el bienestar y la salud de los trabajadores en el centro de la estrategia como una opción ética. Es eso lo que dará credibilidad, persistencia e impacto en resultados de las estrategias de felicidad en el trabajo.
-¿Existe de parte de las empresas acciones concretas evidentes que busquen un mejor ambiente laboral? Si es así, ¿cuáles serían?
IF: Hay muchas acciones concretas. Las más usuales son el mejoramiento y la flexibilización en el uso de los beneficios. También los problemas de entrenamiento para el desarrollo de los líderes y el trabajo en equipo, junto con la implementación de reuniones participativas. La felicidad organizacional es cara a cara.
AD: Hay acciones concretas que buscan lograr un óptimo ambiente laboral. Por ejemplo, el año pasado Kimberly-Clark lanzó el programa “Vivir Bien”, destinado a promover entre sus trabajadores el bienestar físico y emocional, en un entorno saludable y plenamente compatible con su vida personal. Este programa de Recursos Humanos se basa en cuatro pilares básicos: Vivir Bien el Trabajo, Vivir Bien mi Tiempo Libre, Vivir Bien la Salud Emocional y Vivir Bien la Salud Física, afianzado así una cultura integral de bienestar para el trabajador.
En el caso de Kimberly-Clark Professional, ofrecemos el programa “La Salud está en tus Manos” que busca generar conciencia en los trabajadores sobre los correctos hábitos de higiene de manos con 3 pasos simples: lavar, secar y sanitizar; y de esta manera promover lugares y ambientes de trabajo más saludables. En términos industriales, tenemos nuestro programa “Gestión industrial” que contribuye en la identificación y reducción de riesgos ocupacionales y desperdicios en plantas pensando en personas, procesos y suministros; como así también la iniciativa “Alimenta el cuidado” que está dirigida a las personas en las plantas procesadoras de alimento encaminadas hacia el control de la contaminación y seguridad de los trabajadores, enfocada en los filtros o barreras sanitarias.
Todo lo mencionado anteriormente, contribuye a crear lugares de trabajo más excepcionales, saludables, seguros, productivos y sostenibles; lo que implica finalmente también un trabajador más contento.