Después de la caída del muro un monumento a Lenin fue desmontado y destruido en la capital alemana. Su cabeza, de casi cuatro toneladas, fue enterrada lejos del cuerpo.
“Creímos que después de 25 años, la historia se podría ver de una forma más ligera, pero no fue así”.
De esta forma resume parte de la larga historia que ha debido protagonizar Andrea Theißen, artista alemana y directora de la fortaleza Ciudadela de Spandau.
Dentro de un proyecto de investigación sobre el destino de monumentos perdidos, ha debido lidiar en un sinfin de trámites para exhibir una cabeza del histórico líder ruso Vladimir Lenin.
(Andrea Theißen)En 1991, después de la caída del Muro, fue desmontada y destruida en Berlín (ciudad que en su pasado comunista contó con sendos monumentos leninistas) una estatua del líder soviético de 19 metros de altura.
La cabeza, que pesaba casi cuatro toneladas, fue removida el 13 de noviembre de ese año y enterrada en un bosque.
Para la exposición en la Ciudadela de Spandau, Theißen y su equipo de asesores científicos investigaron monumentos desaparecidos, entre ellos, el paradero de la estatua en cuestión.
A más de dos décadas de ser destruido, el monumento aún evoca emociones en muchas personas, dice la artista y directora cultural. Para algunos, subraya, "aún sigue representando la opresión de la Alemania comunista".
Quizás por ello, Theißen tuvo que lidiar con variados obstáculos para sacar adelante su proyecto, que incluye el desentierro de la cabeza de Lenin y su exhibición.
En 2014, por ejemplo, el director de la Oficina de Monumentos de Berlín exigió que la pieza no fuera exhibida separada del resto de la estatua. No obstante, el monumento de 19 metros de altura ni siquiera cabría en el edificio donde se lleva a cabo ahora la exposición.
(Ciudadela de Spandau)Asimismo, el proyecto se vio amenazado por defensores del medio ambiente, quienes a comienzo del año 2015 señalaron que sobre la cabeza del líder de la URSS se había asentado una colonia de lagartijas en peligro de extinción.
Finalmente, después de una larga aventura de seis años, en septiembre pasado la cabeza de Lenin fue trasladada a la Ciudadela de Spandau, formando parte de la polémica muestra. Según Theißen, la discusión pública sólo ha hecho más interesante la exhibición.