La aerolínea portuguesa ha visto suspendidas sus operaciones durante noventa días por parte del régimen chavista tras la apertura de una investigación por el presunto ingreso de explosivos en un vuelo de esta empresa.
El ministro de Exteriores de Portugal, Augusto Santos Silva, advirtió este miércoles que la suspensión de noventa días a la aerolínea TAP en Venezuela, decidida por el Gobierno de Nicolás Maduro, no hará que cambie su política hacia ese país.
"Si alguien espera que esto sea un elemento de presión para que Portugal cambie su política hacia Venezuela y está muy ilusionado, se engaña", declaró el ministro a corresponsales en un encuentro organizado por la Cámara de Comercio Luso-española en Lisboa.
Santos Silva ha reiterado que su expectativa es que, por la vía diplomática, se consiga levantar la suspensión, lesiva tanto para la comunidad portuguesa residente en el país caribeño como para los propios venezolanos, dado que TAP era "una de las pocas aerolíneas internacionales" que mantenía rutas regulares.
TAP, cuyo mayor accionista es el Estado portugués, ha visto suspendidas sus operaciones durante noventa días por parte del Gobierno de Nicolás Maduro tras la apertura de una investigación por el presunto ingreso de explosivos en un vuelo de esta empresa.
Las pesquisas se refieren a presuntos fallos en la seguridad en el vuelo TP173 que llegó a Caracas procedente de Lisboa hace una semana, en el que viajaban el líder opositor Juan Guaidó - a quien más de 50 países reconocen como presidente interino - y su tío, Juan José Márquez.
El Gobierno de Nicolás Maduro dijo ese mismo día que el tío de Guaidó, a quien apresaron, transportó en ese vuelo explosivos sintéticos, chalecos antibalas no declarados y un plan, redactado en inglés, para cometer atentados en el país.
Para revertir la situación, Lisboa ha puesto en marcha los "mecanismos necesarios" de corte diplomático, en tanto que la aerolínea busca "soluciones para los miles de pasajeros que tenían reservas", según ha explicado la propia TAP en un comunicado remitido hoy a medios lusos.
La conectividad de Venezuela, en estado "dramático". Por otro lado, el presidente ejecutivo de la Asociación de Líneas Aéreas en Venezuela (Alav), Humberto Figuera, sugirió al Gobierno de su país cuidar las actividades aeronáuticas extranjeras y nacionales para mantener la operatividad del sector.
"Tenemos que cuidar las frecuencias de las líneas aéreas extranjeras e imponer una política que robustezca y permita crecer a las líneas nacionales”, dijo en entrevista con Unión Radio.
A su juicio, tanto las sanciones a Conviasa como la suspensión a TAP disminuyen la conectividad del país caribeño, que ha caído de manera significativa respecto a años anteriores, quedando en una situación "dramática”. Figuera agregó asimismo que el régimen debe sacar el transporte aéreo de la "diatriba política”, pues muchas empresas tienen miedo a hacer negocios con Estados Unidos por temor a ser sancionadas.