Esta coproducción Brasil-Alemania ha sido la encargada de abrir las proyecciones de la sección Horizontes Latinos de la 62 edición del ciclo en el que compiten con otras trece películas latinoamericanas.
El amor entre dos hombres y la búsqueda de la libertad constituyen los ejes sobre los que pivota "Praia do futuro", una muestra de la pujante filmografía brasileña, dirigida por Karim Ainouz, que atribuye el buen momento del cine en su país a la "voluntad política".
"Praia do futuro", una coproducción Brasil-Alemania, ha sido la encargada de abrir las proyecciones de la sección Horizontes Latinos de la 62 edición del Festival de Cine de San Sebastián, un ciclo en el que compiten otras trece películas latinoamericanas.
Esta selección trata de ser un espejo del momento por el que atraviesa el cine latinoamericano que, en el caso de Brasil, ha registrado un "cambio para bien en los últimos diez años", según explica Ainouz.
Actualmente se producen en este país "más de cien películas al año", una situación que dista mucho de la de hace una década cuando era difícil llevar a término una película, recuerda el director, que debutó en el largometraje en 2002 con "Madama Sata", una historia basada en la vida de un homosexual convertido en mito que cosechó más de 40 premios.
A su juicio, el cambio se debe a la "voluntad política" de las autoridades que han optado por ayudar y fomentar el cine en Brasil, donde además existe una variedad de títulos "impresionante", asegura.
"Praia do Futuro", que ha competido por el Oso de Plata en Berlín, arranca en una playa brasileña donde un socorrista (Wagner Mouro) salva de morir ahogado a un turista alemán (Clemens Schick) con el que inicia una relación amorosa, una experiencia que le empuja a buscar su propia libertad dejando atrás otros afectos y personas importantes.
Desde el primer momento surgen en la pantalla escenas de sexo explícito entre sus protagonistas, en una película que cuenta también con una fuerte presencia de la música y de los silencios.
Su visión de la relación homosexual le ha valido a "Praia do Futuro" el premio Sebastiane que otorga la asociación de Gays, Lesbianas y Transexuales del País Vasco (Gehitu), aunque Ainouz subraya que no se trata de una "película gay", un calificativo que "no se sostiene ya en 2014", asegura.
"Es un filme de amor entre hombres", después de varias películas centradas en el universo femenino, asegura Ainouz, que ha optado en esta ocasión por hablar de los "afectos entre hombres", incluidos los eróticos, los filiales y fraternales.
Localizada en lugares "muy cercanos" a la vida de este director de familia argelina que nació en Fortaleza, "Praia Do Futuro" desarrolla gran parte de su metraje en Alemania, país donde su realizador reside desde hace años.
Algunos de los aspectos de este crisol cultural y del desarraigo que forman parte de su propia biografía tienen reflejo en "Praia do futuro", reconoce, pero la película trasciende y aborda otras situaciones "porque el cine da la oportunidad experimentar sentimientos que no se tienen en la vida real".
"Todos tenemos un momento en el que queremos desaparecer y romper con todo", como hace Donato, que se atreve a dar un paso "muy dramático porque necesita cambiar su vida", pues en su país "se ve obligado a esconder su sexualidad de la que se avergüenza".
Ainouz da cuenta de este periplo vital mediante las imágenes y rehuye de los diálogos en lo que define como un "experimento de narración cinematográfica" en el que el relato se "intuye".
La película brasileña compite en "Horizontes Latinos" con películas de México, Chile, Brasil, Uruguay, Colombia y, fundamentalmente Argentina, que acapara más de la mitad de la sección.
En esta ocasión la familia y la adolescencia constituyen los temas de muchas de los filmes del ciclo que, al contrario de la edición pasada que contaba con una mayoría de óperas primas, en 2014 se podrán ver trabajos de directores consagrados o con cierto prestigio en el circuito de festivales.
