En jornada de ITESO se destacó que la equidad salarial entre hombres y mujeres trae consigo un mejor desempeño y productividad en las empresas.
Como parte de las celebraciones que conmemoran el centésimo aniversario de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Noémie Feix, oficial nacional de empleo, abordó las iniciativas relacionadas con las mujeres en el trabajo y presentó el informe “Un paso decisivo hacia la igualdad de género. En pos de un mejor futuro de trabajo para todos”, realizado por la OIT en marzo de 2019.
Con el lema “Que nadie se quede atrás”, Feix dio algunos pormenores de lo que se cocina para la Agenda 2030 de la OIT, que cuenta con 17 objetivos de desarrollo sostenible como el acceso a la educación, el trabajo y el crecimiento económico, por ejemplo.
Feix, durante su participación en la jornada “Trabajar para un futuro más prometedor”, explicó que la igualdad de género es importante “porque también puede ser un mejor negocio (para las empresas)”. En este sentido, varios estudios demuestran que si hay igualdad de género hay un mejor desempeño y productividad.
Por ejemplo, citó un estudio del Banco Mundial muestra que se puede ganar hasta 25 % de productividad en América Latina y el Caribe. Además, una encuesta realizada por McKinsey & Company, en 2011, a más de 100 compañías de Asia, Europa y Estados Unidos, reveló que las compañías en las que por lo menos 30 % de los puestos superiores estaban ocupados por mujeres, obtenían mejores resultados en cuanto a eficacia y eficiencia organizacional.
La oficial nacional de empleo mostró otras estadísticas sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres, como que son más las que tienen títulos universitarios de licenciatura o posgrado que ellos, que no están en tantos puestos jerárquicos en las empresas como ellos, o cómo una mujer puede ganar entre ocho y 22 % menos que un varón en cualquier nivel.
Sobre la discriminación en el trabajo, Noémie Feix presentó algunos datos obtenidos por la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) en 2016, entre los que se encuentran que 12,7 % de las mujeres fueron discriminadas en el trabajo por razones de embarazo, que a 11,5 % se le pidió una prueba de embarazo como requisito para trabajar o que a 1,2 % se les despidió por estar encintas.
La oficial explicó que el tridente integrado por educación, investigación y difusión será fundamental para llegar a buen puerto y algunos ejemplos dados fueron: fomentar grupos de trabajo para mejorar la igualdad de género, tener acceso a infraestructura para mujeres jóvenes (como guarderías, por ejemplo), brindar información sobre sus derechos, integrarlas a proyectos productivos y sensibilizar para evitar malas prácticas.
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Desafíos rumbo a 2030
Como parte de esta actividad, Gerardina González Marroquín, directora de la oficina de la OIT para México y Cuba, presentó el informe “Trabajar para un futuro más prometedor”, y explicó que el concepto de trabajo decente lo incorporó la Asamblea General de las Naciones Unidas al adoptar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Entre los desafíos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se encuentran los siguientes:
- Crear 344 millones de nuevos empleos. Actualmente hay 190 millones de personas desempleadas, y 64,8 millones de ellas son jóvenes.
- Hay 300 millones de trabajadores que viven en pobreza extrema.
- Aproximadamente dos mil millones de personas trabajan en la economía informal, lo que hace que sus condiciones laborales sean precarias.
- Al año, 2,7 millones de personas mueren por accidentes laborales o enfermedades relacionadas con su trabajo.
- Treinta y uno punto seis % de los trabajadores trabaja más de 48 horas por semana. Dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México tiene el récord de tener las jornadas laborales más extensas.
- Mejorar los salarios, cuyo crecimiento pasó de 2,4 % en 2016 a 1,8 % en 2017.
- La brecha salarial por género. Actualmente, las mujeres perciben 20 % menos de remuneración por el mismo trabajo que realiza un hombre.
- La desigualdad económica.
- La brecha digital. Solo 53,6 % de los hogares tienen acceso a internet. En los países emergentes es el 15 %.
De este modo, la OIT se ha propuesto reflexionar acerca del futuro del trabajo, que se ve radicalmente transformado por los avances tecnológicos, el cambio climático, los movimientos demográficos y la globalización.
En el caso de América Latina y el Caribe, González agregó el factor político, ya que en esta región la cultura del diálogo social es muy débil.
Con miras a plantarles cara a los desafíos rumbo al 2030, en 2017 se creó la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo. Así pues, se tomaron diez recomendaciones asentadas en tres ejes de actuación (aumentar la inversión en las capacidades de las personas, en las instituciones del trabajo y en el trabajo decente y sostenible) centrados en las personas, con el fin de fortalecer el contrato social, colocar a los hombres, las mujeres y el trabajo que realizan en el centro de las políticas económicas y sociales, y generar crecimiento, igualdad y sostenibilidad.
González Marroquín enfatizó que la comisión hace un llamado para que todas las partes interesadas asuman su responsabilidad en la construcción de un futuro y de un trabajo justo y equitativo.
El informe íntegro se puede consultar en este link.
Rumbo a la justicia social
Luis Arriaga, SJ, rector del ITESO, destacó durante la inauguración de la jornada la importancia de reflexionar “ante las situaciones de incertidumbre, precariedad y conflicto que caracteriza la mayor parte de las condiciones de trabajo en México y que constituyen un desafío mayúsculo para lograr la anhelada justicia social”.
Arriaga subrayó que, especialmente, para los jóvenes el panorama laboral es desalentador, ya que a la falta de experiencia laboral que disminuye sus opciones de encontrar una colocación se suman los bajos salarios y la falta de prestaciones que garanticen una vida presente y futura digna.
El Rector mencionó que la OIT fue creada con el mandato fundamental de promover la justicia social en el mundo como la única forma efectiva de mantener la paz a través del diálogo social, y es incluso anterior a la conformación de la Organización de las Naciones Unidas.