Pedro Castillo, mandatario peruano, rechazó las acusaciones de corrupción en su contra un día después de que legisladores aprobaron iniciar un jucio político para destituirlo. Adelantó que enviará al Congreso un plan de reformas para superar la crisis estructural que atraviesa Perú.
El presidente peruano, Pedro Castillo, rechazó este martes las acusaciones de corrupción y dijo en un discurso en el Congreso que el país vive en una profunda crisis de sus instituciones, un día después de que legisladores aprobaron iniciar un juicio político en busca de su destitución.
Castillo, un profesor rural que asumió la presidencia en julio, afirmó que enviará próximamente al Congreso un conjunto de reformas para superar "esta crisis estructural", para revertir la incertidumbre política que transita el país.
"Perú vive una crisis institucional sin precedentes", dijo Castillo en un discurso leído de poco mas de una hora.
El presidente manifestó que varias instituciones en el país "tienen crisis de legitimidad" y mencionó entre otros al poder judicial y la fiscalía, que no logran sentencias firmes "en grandes casos de corrupción", y al Tribunal Constitucional que cuenta con la mayoría de sus miembros con mandatos vencidos.
Este lunes, los partidos de oposición principalmente de derecha en el Congreso dieron luz verde para iniciar un juicio político contra Castillo en busca, por segunda vez en menos de cuatro meses, expulsar al mandatario izquierdista.
El Congreso convocó al presidente para que acuda el 28 de marzo y responda las acusaciones que lo vinculan con casos de corrupción en su Gobierno y de supuestas faltas constitucionales durante sus funciones. Castillo puede ir junto a su abogado o enviar solo a su defensor para responder las acusaciones.
Más tarde, en una rueda de prensa, el primer ministro Anibal Torres, afirmó que le había pedido a Castillo que propusiera en el Congreso una ley de adelanto de las elecciones para mediados del 2023, pero el mandatario no aceptó y le dijo: "vamos hacer el último intento" por la concertación. Las próximas elecciones generales deben realizarse en el primer trimestre del 2026.
En su presentación en el Congreso este martes, solicitado por el propio mandatario, Castillo negó todas las acusaciones, aunque aceptó sin especificar desaciertos durante su gestión.
"Debo reconocer los errores y desaciertos en lo que hemos incurrido. Expreso al parlamento y al país mi animo de enmienda y corrección", dijo. "Una cosa son los errores de gestión y otra los supuestos delitos en los que se me pretende involucrar".
Desde que asumió el mandato, Castillo ha designado cuatro gabinetes. Su tercer primer ministro duró apenas unos días antes de renunciar al conocerse una denuncia por violencia doméstica.
El apoyo a la gestión de Castillo ha caído rápidamente en medio de escándalos y protestas sociales.
La firma Ipsos Perú dijo la semana pasada que la aprobación a Castillo subió un punto porcentual en marzo a un 26%, mientras que el rechazo a su gestión bajó tres puntos a 66%.
Castillo lanzó sin embargo un ramo de olivo en el Congreso.
"Es el momento de poner fin a las disputas mezquinas y trabajar por los objetivos nacionales. Es momento de acabar con la polarización y la incertidumbre, que impiden nuestro crecimiento", dijo el mandatario peruano.
Para expulsar a Castillo del cargo, el parlamento debe de reunir al menos 87 votos de los 130 legisladores, un escenario poco probable por las divisiones en la oposición.