Joaquim Levy, uno de los economistas más destacados del Gobierno, deja la presidencia del BNDES porque el presidente del país no confía en él. Bolsonaro podría tener dificultades para encontrar reemplazo digno.
El fin de semana, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tuiteó que ya no podía soportar a tipos como Joaquim Levy. Anteriormente, Bolsonaro había exigido que el jefe del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) se retractara inmediatamente de una decisión de personal. De lo contrario, él mismo perdería su trabajo. Ahora, Levy se le ha adelantado a Bolsonaro y ha renunciado a su cargo.
La decisión de personal aludida por Bolsonaro fue el nombramiento, hace una semana, del Director de Mercados de Capital del BNDES: Marcos Barbosa Pinto es considerado un economista y banquero experimentado, y un enriquecimiento para la cúpula del BNDES, uno de los principales bancos de desarrollo del mundo.
Prestamistas de la economía. Con una cartera de créditos de aproximadamente 490 mil millones de reales (alrededor de US$125 mil millones), el BNDES presta más capital que, por ejemplo, el Banco Mundial. En Brasil, el banco de desarrollo tiene una función existencialmente importante como financista de las empresas. Brasil es tradicionalmente un país de altas tasas de interés. Es por eso que los préstamos corporativos de los bancos son demasiado caros y, para la mayoría de las empresas, insostenibles a largo plazo. El BNDES es el único prestamista en Brasil que financia a las empresas con intereses subsidiados.
Sin el BNDES, las empresas brasileñas se quedarían sin liquidez rápidamente.
Bajo Levy, se esperaba que especialmente las empresas medianas fueran alentadas nuevamente. En los últimos diez años, el banco ha prestado principalmente a grandes corporaciones semiestatales como Petrobras, Embraer, Vale, así como a Odebrecht, una compañía involucrada en escándalos de corrupción.
Su carrera como estigma. Pinto, como Levy, carga con la marca de haber trabajado previamente, en diferentes funciones, para el Partido de los Trabajadores (PT), que gobernó el país por doce años bajo los mandatos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff. Para Bolsonaro, todas las personas cercanas al PT son comunistas que deberían estar en prisión o, al menos, bajo sospecha general.
Levy trabajó, con Lula, como Secretario del Tesoro. Más tarde, con Rousseff, fue Ministro de Finanzas. Esto hizo del economista neoliberal, que obtuvo su doctorado en Chicago, un candidato indeseable para el actual presidente brasileño: Bolsonaro declaró repetidamente que solo había aceptado la decisión a favor de Levy, porque su Ministro de Asuntos Económicos, Paulo Guedes, en quien confía plenamente, lo tenía en tan alta estima.
El "Chicago boy" de los socialistas. En los círculos de negocios, Levy tiene una excelente fama: después de todo, el hoy economista de 58 años saneó el presupuesto de Río de Janeiro hace diez años, como secretario de Finanzas, mejorando así la reputación crediticia del estado. Luego, Levy administró temporalmente US$130 mil millones en activos financieros en Bram, el administrador de activos del Banco Bradesco de Brasil. Para el puesto al frente del BNDES, abandonó Washington, donde trabajó desde 2016 como Director Financiero y Secretario General del Banco Mundial.
En su último encargo en el Gobierno en Brasil, Levy no tuvo éxito debido a la falta de apoyo político: tras la reelección de Dilma Rousseff, en 2014, Levy debía aplicar necesarias medidas de austeridad, aunque la candidata había declarado durante su campaña electoral que las finanzas del Estado estaban perfectamente en orden.
Levy fracasó porque la presidenta y sus confidentes no estaban convencidos de la necesidad de recortes presupuestarios, a pesar del creciente déficit. Tras un año de dura lucha contra los molinos de viento del Congreso y del gabinete, Levy fue deshonrosamente despedido y se marchó al Banco Mundial, en Washington.
¿Desalienta el proceso a sucesores dignos? Lo decisivo para su renuncia pudo haber sido ahora que también el ministro de Economía, Paulo Guedes, ha expresado dudas sobre el desempeño de Levy al frente del BNDES. "El gran problema es que Levy no ha dominado el pasado y no ha encontrado una solución para el futuro", ha dicho Guedes, economista y ex banquero de inversiones de Chicago.
Guedes es una especie de super ministro en el gabinete de Bolsonaro: el propio presidente afirma una y otra vez que no entiende de economía. Y Guedes está preocupado por el hecho de que Levy no haya iniciado ningún cambio de personal en el banco estatal, que también prestó miles de millones ideológicamente motivados para financiar grandes empresas nacionales en Cuba, África y América Latina, en los doce años de gobiernos de izquierda. De los fondos, además, ha desaparecido mucho en el vertedero de corrupción del caso "Lava Jato".
A Guedes le resultará más difícil en el futuro incorporar a economistas y banqueros capaces a su equipo. El desagradable final de Levy puede disuadir a los posibles interesados. En la apertura de las operaciones esta mañana de lunes (17.06.2019), el importante índice del mercado bursátil Bovespa se mantuvo estable, al igual que el precio de la moneda local, el real.
Sin embargo, esto podría cambiar si Guedes no puede encontrar rápidamente un sustituto de alto perfil para el jefe del banco de desarrollo y el principal financiador de la empresa brasileña se derrumba. Entonces, importantes procesos de reforma también podrían estancarse.
La semana pasada, y luego de una disputa con Guedes, el presidente del Congreso, Rodrigo Maia, criticó al gobierno como una "máquina de crisis" que se autoimpone traspiés, una y otra vez. La crítica de Maias da justo en el clavo.