Los bancos rusos han visto aumentar las deudas incobrables en los últimos tres años.
B&N Bank, el duodécimo prestamista más grande de Rusia por activos, solicitó un rescate del banco central, sólo tres semanas después de que otro importante prestamista del país tuviera que ser rescatado.
No había el miércoles señales inmediatas de contagio en el mercado luego de que el banco central de Rusia confirmara que está en conversaciones con los propietarios de B&N y que decidirá un rescate en el futuro cercano.
Los grandes bancos estatales que dominan el sector en Rusia son sólidos, mientras que los problemas que han desencadenado una crisis en B&N y anteriormente en el banco Otkritie probablemente están contenidos dentro de un puñado de prestamistas privados, dijeron expertos del mercado.
B&N Bank, que está controlado por el oligarca ruso Mikhail Gutseriev y no figura en la lista de prestamistas sistémicamente importantes del banco central, dijo que había subestimado los problemas en los bancos que había comprado durante una campaña de expansión.
"Nuestro objetivo es, con el apoyo del banco central... llevar a cabo una efectiva recuperación financiera del banco", dijo Mikail Shishkhanov, quien fue nombrado presidente de B&N Bank, cuyos activos representan el 2% del sistema bancario ruso según la agencia calificadora Fitch.
Los bancos rusos, que ya estaban presionados por una desaceleración económica agravada por las sanciones occidentales, han visto aumentar las deudas incobrables en los últimos tres años.
El estado financiero de algunos prestamistas empeoró después de que el banco central los obligó a adoptar disposiciones más rigurosas para los préstamos morosos, mientras que sus márgenes se han reducido debido a unas tasas de interés más bajas.
El mes pasado, el banco central tomó el control de Otkritie, el mayor prestamista privado de Rusia, y dijo que éste podría necesitar hasta US$6.900 millones, el mayor plan de rescate en el país.