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Primeros auxilios psicológicos ante el estrés postraumático
Lunes, Septiembre 25, 2017 - 10:13

Ante una situación de alto impacto, cuatro áreas se ven afectadas a nivel general: conductual, emocional, social y física.

El trastorno de estrés postraumático se genera después de eventos de altop impacto, como un huracán o los propios temblores que ha sufrido parte importante de la población mexicana.

"Se caracteriza por rebasar la capacidad del individuo para reaccionar de manera controlada ante este tipo de eventos. Sus características afectan cuatro áreas específicas”, explicó la psicoanalista Adriana Ortiz.

Las cuatro áreas afectadas son:

- Conductual: las personas comienzan a comportarse de manera distinta a lo común, se quedan pasmados de forma repentina y hay dificultad para concentrarse.

- Emocional: miedo, ganas de llorar, depresión, reacciones eufóricas, irritables o apatía.

- Social: inician conflictos con familiares, amigos, compañeros o conocidos; el lado opuesto es el aislamiento.

- Físicas o biológicas: vómitos, malestares estomacales, taquicardias, dolores de cabeza, insomnio, pesadillas y trastornos alimenticios.

Aclaró que este tipo de padecimientos no se presentan de forma inmediata, a veces ni en los primeros días. “A lo largo del tiempo, debemos estar atentos a los cambios que acabo de mencionar. Lo más importante es saber que este problema sí requiere intervención psicológica. Si tienes ayuda, puedes organizar mejor lo que pasó en tu mente y evitar que se haga crónico”, mencionó.

S.O.S mental y emocional

Además puntualizó que a todos nos afectan este tipo de cuestiones, por lo que no debemos sentirnos incomodos al solicitar apoyo. 

Ortiz agregó que ante el panorama que vivimos, no siempre hay una psicóloga o psicoanalista a la mano, por lo que nos compartió lo que llamaremos “Primeros auxilios psicológicos”, aunque aclaró que esto no suple la visita posterior a un especialista.

- Para apoyar a una persona, primero debes observarte a ti, verificar que te encuentres en buenas condiciones físicas y emocionales, después podrás prestar tú apoyo a otros.

- Más que hablar, debemos aprender a escuchar. Podemos comenzar preguntando: “¿Cómo estás, puedo ayudarte en algo?” Pues muchas veces nos tomamos atribuciones que no nos corresponden, es vital tener tacto y no ser intrusivo.

- No se recomienda usar frases irreales, como: “Todo va a estar bien” o “No te preocupes”. Las decimos casi en automático, pero hay que tener cuidado, la realidad es que no todo está bien. Hay gente que perdió un familiar o su patrimonio. Es mejor decir: “Lamento lo que te pasó, estoy contigo en tú dolor” o “Cuenta conmigo”, éstas generan empatía y alejan nuestra mente del futuro.

- Expresa tus sentimientos, tienes derecho a llorar y permitirle al otro que lo haga con confianza.

- Ayuda a establecer prioridades. Primero fíjate en tu integridad física y psicológica y en la de los demás, ya después vendrá una evaluación de cuestiones materiales y laborales. “Si no tienes las dos primeras, difícilmente podrás hacer lo demás”.

- Trata de volver a tu vida cotidiana de forma paulatina. “Eso ayudará a alejarte del estrés continuo”.

- Adopta un estilo de vida saludable, comer adecuadamente y dormir ocho horas al día. Pero si alguien no puede dormir tampoco deben forzarlo, que se levante, camine, beba un té y luego vuelva a intentarlo.

- No tomes decisiones trascendentes en este momento. Una persona estresada no tiene las mejores respuestas, siempre es mejor posponerlas.

- Evita el bombardeo de redes sociales. Por un lado ha tenido un efecto positivo, pues logró generar ayudar y reunir a las familias; pero por otro, trajo información errónea. “Si la información que necesitas ya está cubierta, lo mejor es descansar del mundo virtual”.

- Busca redes de apoyo. Más allá de familiares o amigos, confía en las instituciones especializadas en el tema.

Autores

Nelly Toche/ El Economista.com.mx