Luis Miguel Bermúdez, quien obtuvo el año pasado el premio Compartir al Maestro en 2017, es uno de los 10 finalistas al galardón que reconoce el trabajo de un profesor que haya contribuido de manera sobresaliente a la profesión.

“Somos rebuenos, pero nos dan tanto palo, nos invisibilizan tanto, que no nos lo creemos y aun así sacamos el mundo adelante todos los días”. De esta manera Luis Miguel Bermúdez cerraba una entrevista que le hizo El Espectador en junio de 2017. En el mismo artículo anunció su intención de postularse al Global Teacher Prize, hoy hace parte de los 10 finalistas que se pueden quedar con el Nobel de los maestros.

El Global Teacher Prize es un premio que se creó para reconocer el trabajo de un profesor que haya contribuido de manera sobresaliente a la profesión, en diciembre de 2017 quedó seleccionado entre los 50 mejores. Al quedar en los finalistas, Bermúdez irá el próximo 18 de marzo a Dubái, Emiratos Árabes Unidos, en donde se conocerá al ganador. Pero este docente del colegio Gerardo Paredes en Suba, y ganador del Premio Compartir al Maestro en 2017, no encuentra mejor premio que haber reducido a cero el número de embarazos en su institución, donde antes 70 niñas solían dar a luz al año.

Ser finalista hoy es un resultado de más de siete años de trabajo. En Suba, en un colegio de paredes grises y altas, de rejas y situado al lado de una plaza de mercado, Bermúdez diseñó un currículo de educación sexual.

“Mi hipótesis sobre el feminicidio es que tú como hombre, o incluso como mujer, devuelves toda esa violencia al crecer. Por eso Suba es una de las localidades con mayor feminicidios en Bogotá” indicó Bermúdez, quien cree que para cumplir con el quinto objetivo de desarrollo sostenible (ODS), hay que dar oportunidades a mujeres y hombres por igual, por eso vio necesario controlar el embarazo en menores de edad. (Lea también:Luis Miguel Bermúdez: después de eliminar los embarazos adolescentes)

Entonces “empecé a sospechar que la violencia de género y hostigamiento por orientación sexual no sólo afectan a las mujeres y a la población LGBTI, sino que son dispositivos de control de la sociedad para mantener los sexos, esa fue mi epifanía y la hipótesis de la tesis de mi doctorado en educación”, sostuvo Bermúdez, quien para ese entonces no gozaba del reconocimiento mediático que hoy tiene. Reconocimiento que le dio la posibilidad de hacer parte de Ted Mujeres Bogotá en noviembre de 2017, donde habló sobre la relación que existe entre violencia y economía. El profe Bermúdez hoy sigue dando clases hasta en la jornada nocturna en donde asegura "están todos los que no reciben los otros colegios".

-¿Qué estaba haciendo cuando se enteró que era parte de los 10 finalistas?

Estaba cansado, tuve un día tenaz, llegué tan cansado que me dormí. Me despertó fue el celular y era el presidente Santos que quería felicitarme. Luego me levanté y ahí vi el video de Bill Gates. Fue muy chistoso ver el video y escucharlo tratando de pronunciar bien mi nombre. Luego sí comenzó el bombardeo de llamadas.

-¿Qué es lo que más ha disfrutado desde que comenzaron todos estos reconocimientos, comenzando con el Premio Compartir al Maestro del año pasado?

La cantidad de invitaciones que me hacen para trabajar con jóvenes de distintas regiones del país. Es un reto, y acepto que el éxito de mi trabajo ha sido porque reconozco las necesidades de mi localidad, de mi contexto pero cuando me llevan a otros lugares es para decirme "venga, qué tan aplicable es eso en otros contextos juveniles". Y cuando doy mis conferencias y charlas y termino, los primeros que se levantan son los adolescentes y me dicen, "usted sí sabe lo que nos pasa y cómo son las cosas". Porque yo no estoy educando la sexualidad de los adultos. Cuando un joven me dice que yo le estoy dando el clavo a donde es, esa es la mejor señal de que estoy haciendo bien mi trabajo. 

-¿Hay algún docente que siempre haya tenido como su referente?

Yo sinceramente nunca tuve una referencia, tenía un estilo de persona en particular en la cabeza. Me gustaba mucho la figura del intelectual, yo quería parecer uno, de esos que trabajan con la sociedad y comparten sus conocimientos.

-¿Hoy se considera intelectual?

Sí, y desde mucho antes del premio.

-¿Por qué quiso ser profesor?

Hay muchas personas que hablan de la vocación, pero eso se mide cuando uno ya está con los chicos, a mí desde pequeño me encantaba el acto de enseñar. Yo jugaba a ser profesor de niño. Siempre estuvo ahí presente, y con el tiempo la vocación docente me hizo y me hace sentir en mi salsa. Mi familia me presionó para estudiar ingeniería en la Distrital (hizo 2 semestres), pero el querer ser profesor siempre estuvo ahí y a escondidas me pase a la docencia.

-¿Ya escogió qué se va a poner el día de la premiación?

Eso fue lo único que no había pensado. Va haber alfombra roja. La fundación en un comunicado que me envió me dijo que me debía vestir cómo una celebridad, me toca asesorarme. No voy a hacer el oso ni pasar como el peor vestido. A lo mejor me toca pedir una clase de moda. 

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