En el día del profesor, se pone en la palestra el conjunto de habilidades que se están requiriendo en la profesión docente. Un profesional que ha debido adaptarse a los nuevos requerimientos de los nativos digitales, incorporando distintas plataformas.
Los profesores del siglo XXI tienen una exigencia aún mayor que otras generaciones, ya que con los desafíos de hoy en día, pareciera no ser suficiente la sola formación secular, sino que también se requieren un conjunto de habilidades de manejo tecnológico y también emocional para la formación de las nuevas generaciones.
En el ámbito de la tecnología, la UNESCO propuso un estándar mínimo internacional de competencias docentes en materia de TIC. Es que los profesores y profesoras actuales, también llamados Millennials Teachers, que se destacan por ser profesionales con distintas prioridades a las de generaciones que les anteceden, equilibrar de mejor manera su vida laboral y personal, y estar más preparados (as). Es por eso que no dudan en probar nuevas formas de enseñanza y cambiar los métodos tradicionales para llamar la atención de los nativos digitales.
El programa #InnovaciónEscolarenunMinuto, destaca distintos casos de docentes que enseñan por medio de juegos, clases interactivas, dispositivos digitales, conceptos claves para sus asignaturas etc. Como es el caso de Marta Jorquera, profesora de lenguaje y comunicación del Colegio Niño Jesús de Lota, quien creó un nuevo sistema de evaluación para captar la atención y mantener alerta a los niños de su clase, por medio de un rosco con letras, similar al utilizado en el programa Pasapalabra de Chilevisión. La misma explicó que “escuchar a los niños es una necesidad para hacer una innovación pedagógica y crear aprendizajes significativos en los niños”
En ese sentido, la líder del Departamento de Pedagogía de Colegium, María Fernanda Díaz, los docentes del Siglo XXI corresponden a una generación tecnologizada, es decir, nacieron con la tecnologías y las utilizan con fluidez y naturalidad. Es por esto, que adoptar recursos tecnológicos en la sala de clases les resulta una práctica lógica y consecuente, que además viene a responder a la necesidad de transformar el aula y las dinámicas dentro de ella.
Por otro lado, la emoción se ha ido incorporando paulatinamente en la educación, agregando una nueva característica al perfil del docente, el de coach emocional. Pero ¿qué tanto puede influir un profesor en la educación emocional de un niño?
En ese sentido, el biólogo y filósofo chileno, Humberto Maturana, habló en un encuentro de educadores en la región, sobre el papel que cumple el adulto en el proceso de crecimiento y desarrollo emocional e intelectual de un niño, y explicó la necesidad y los resultados de educar de forma afectiva: escuchando, acogiendo, aceptando.
“Cuando decimos que amar educa, lo que decimos es que el amar como espacio que acogemos al otro, que lo dejamos aparecer, en el que escuchamos lo que dice sin negarlo desde un prejuicio, supuesto, o teoría, se va a transformar en la educación que nosotros queremos. Como una persona que reflexiona, pregunta, que es autónoma, que decide por sí misma”.
Además, recalcó que “si creamos un espacio que acoge, que escucha, en el cual decimos la verdad y contestamos las preguntas y nos damos tiempo para estar allí con el niño o niña, ese niño se transformará en una persona reflexiva, sería, responsable que va a escoger desde sí”.
Ahora, esta necesidad de educación emocional está en crecimiento independiente de la edad. De hecho el año pasado New York Times informó que en la universidad de Yale, se comenzó unas clases de “La psicología y la buena vida”, orientada a que los alumnos y alumnas pudiera lograr ser más felices.
Así como también, de forma local, en septiembre de este año, se ingresó a la Cámara de Diputados, un proyecto de Ley sobre Educación Emocional, que busca introducirse a la Ley 20.370 y aportar en términos de convivencia escolar.
Una más de las acciones que buscan llevar la docencia a un espacio integral y, con más exigencias, pero que profundiza sus efectos en las nuevas generaciones.