Las protestas son la última ola de disturbios en Perú después de que comenzaran manifestaciones masivas a fines de marzo, inicialmente debido al incremento de los precios del combustible.
Los peruanos protestaban este martes por el rápido aumento de los precios en la ciudad andina de Cusco, a pesar de una tregua pactada que permitirá que el atribulado presidente Pedro Castillo viaje a la localidad en la semana para tratar de encontrar formas de reducir los costos.
Perú batalla contra su inflación más alta en más de dos décadas, en medio de un aumento de precios en todo el mundo provocado recientemente por la invasión de Rusia a Ucrania.
El alza de los precios de los alimentos esenciales debido a la reducción de la oferta de fertilizantes y combustibles ha afectado de manera desproporcionada a los residentes pobres de Perú y otras economías emergentes, lo que ha inquietado a los Gobiernos.
Las protestas son la última ola de disturbios en Perú después de que comenzaran manifestaciones masivas a fines de marzo, inicialmente debido al incremento de los precios del combustible.
En Cusco, una ciudad andina fundada por los incas que ahora es la puerta de entrada a las ruinas de Machu Picchu y la capital turística de Perú, los sindicatos de trabajadores iniciaron el lunes una huelga, cerrando los servicios de transporte y bloqueando las carreteras de la región. Cientos de turistas extranjeros han quedado varados.
Los manifestantes exigen que Castillo reduzca los precios del agua, la electricidad y el gas, así como que reescriba la Constitución del país favorable con los mercados.
Augusto Idme, secretario del sindicato de maestros de Cusco y uno de los organizadores de la protesta, dijo que la gente se manifestaba a pesar de la reciente tregua para asegurarse de que el Gobierno cumpliera su palabra.
"Siempre nos han sacado a pasear", dijo.
El Gobierno acordó instalar grupos de trabajo para encontrar soluciones, pero aún no ha ofrecido concesiones claras.
A nivel nacional, Perú eximió de impuestos a los combustibles y los alimentos esenciales en un intento por bajar los precios y también aumentó el salario mínimo.
Sin embargo, el aumento de la inflación ha afectado la ya menguante popularidad de Castillo, alcanzando un índice de aprobación mínima récord del 19% en una encuesta de Ipsos este mes.
En menos de un año en el cargo, Castillo ya ha sobrevivido a dos intentos de juicio político y realizado una rotación sin precedentes de funcionarios de alto rango. Ha tenido cuatro primeros ministros y cuatro gabinetes separados.