Desde Smartick señalan que es un síntoma de lo atrasado que está el sistema educativo.
Los niños chilenos de hoy no están aprendiendo ni más ni mejor que hace tres años, como lo indican los resultados de la última prueba PISA, rendida en 2018 por más de 9 mil alumnos a nivel nacional. La anterior, de 2015, también puso al país encima de los demás de Latinoamérica, pero si se compara con los de la OCDE, Chile continúa al final.
¿Por qué los escolares chilenos no mejoran en ciencias, matemáticas y comprensión de lectura? Los expertos de Smartick, método online de aprendizaje de las matemáticas, señalan que es un síntoma de lo atrasado que está el sistema educativo.
“En Chile se usa muy poco la tecnología para poder completar la labor de los docentes. Es imposible que un profesor pueda mandar tareas personalizadas, acorde al nivel de cada alumno. Cada curso con notas mediocres en matemáticas demuestra que un porcentaje significativo de la clase ha dejado de entender lo que ocurre en la pizarra, un camino seguro al estancamiento o retraso escolar”, explica Javier Arroyo, fundador de Smartick.
Y, además, agrega que “las nuevas tecnologías son clave en el desarrollo de habilidades que se presentan como centrales en el presente y especialmente en el futuro. Es un error considerarlas menos que una sala de clase, porque el complemento es lo que ayuda a los niños a alcanzar su máximo potencial”.
Por otra parte, está la baja prioridad que parece tener la formación integral de los profesores en Chile. En sisremas educativos asiáticos la educación es lo más importante, tanto de los niños como de los docentes, se invierte con fuerza en los establecimientos más vulnerables para equiparar el acceso a la información y la tecnología. También se lleva a cabo una práctica diaria de entrenar los fallos y entender las matemáticas como un lenguaje.
“Los niños chilenos le siguen teniendo miedo a las matemáticas, y esto es algo que va a impactar directamente en su desarrollo profesional futuro”, indica el experto.
Según el documento sobre matemáticas de la OCDE, éstas se deberían enseñar favoreciendo competencias como la capacidad de razonar, de discriminar datos y tener constancia. Otra de las recomendaciones es contextualizar los problemas en escenarios que sean familiares a los niños.