Aunque hasta los tres años los niños no tienen una defensa cutánea desarrollada, hay formas de cuidarlos.
Es necesario buscar productos de alta tolerancia e hipoalergénicos, que protegen eficazmente a los más pequeños frente a la radiación UVA y UVB, respetando la delicadeza de su piel. Pero son muchas dudas las que se presentan al respecto, mitos que siempre rondan cuando uno tiene un bebé, ¿se le puede dar protección a los bebés menores de dos años? ¿Le puede dar el sol a un bebé o hay que sacarle a la calle con protección en el día a día? ¿Cada cuánto tiempo hay que volver a aplicar el protector solar para un bebé?
Lo ideal es buscar un protector solar, sin perfume ni alcohol, que proporcione una protección muy alta (SPF50 + UVB / UVA), al tiempo que garantice una seguridad y tolerancia óptimas, clínicamente probadas bajo control dermatológico y pediátrico.
Existen productos en el mercado que tienen propiedades que refuerzan la barrera cutánea y preservan la riqueza celular de la piel. Algunas cremas solares pueden usarse desde el nacimiento, pero para ello es importante asegurarse que incluya ingredientes calmantes y nutritivos, como la vitamina E y extractos de aloe vera y de avena.
Según un estudio realizado por Kantar Milward Brown para Mustela en el que han participado 600 madres de niños de 0 a 2 años, 7 de cada 10 madres aseguraban aplicar un buen protector solar a diario antes de salir de casa.
Es muy recomendable buscar productos de textura fluida y untuosa, que se aplican con facilidad sobre la piel y no dejan sensación pegajosa tras su aplicación e invisibles, así que no es extraño que los bebés no tengan una capa blanca como antes.
Es de mayor importancia que las cremas solares sean resistentes al agua, a la transpiración y a los roces, que no se caiga al pasar una toalla o con la misma ropa.
¿Se puede dar protección solar a los bebés?
Hasta los tres años los niños tienen el sistema de defensa cutáneo inmaduro, lo cual hace que sean muy vulnerables frente al sol; por lo tanto, no es aconsejable exponerlos directamente al sol. Sin embargo, si ya tienes planeadas tus vacaciones en la playa, debes tomar todas las precauciones necesarias para proteger su delicada piel.
Una protección solar adaptada, con productos formulados y desarrollados específicamente para poder ser usados desde el nacimiento. Para garantizar la eficacia del protector solar, hay que aplicarlo al menos media hora antes de la exposición. Solo así la piel tiene tiempo de absorberlo y de estar perfectamente protegida frente a las radiaciones solares. La cantidad de producto debe ser abundante. Proteger la cara, manos y las zonas descubiertas, incluso a la sombra o en el cochecito, es una de las recomendaciones de los expertos. Además, de evitar a toda costa el sol del mediodía, entre las 11:00 a.m. a las 3:00 p.m.
Asimismo, hay que completar la protección con una camiseta que filtre bien la radiación UV, un sombrero o gorra de ala ancha y gafas de sol adecuadas (norma CE, categoría UV3 o 4, con montura ancha o en forma de máscara).
No hay que olvidar que se debe aplicar el protector solar incluso en días nublados. Las nubes pueden atenuar la sensación de calor, pero no filtran los rayos UV.
¿Cada cuánto tiempo hay que reponer crema solar a los bebés?
Hay que aplicar un protector solar de índice SPF adecuado (50+) en cantidad abundante. Repite la aplicación sobre las zonas sensibles más expuestas al sol (frente, pómulos, nariz, labios, brazos y piernas) cada 2 horas y después de cada baño o en caso de sudar mucho. Primero, se aplica el protector solar sobre la piel, se extiende bien por todas las partes, por delante y detrás del cuerpo, sin olvidar las zonas sensibles como las orejas, la nuca, el empeine del pie y mano y detrás de las rodillas.
¿Si lleva protección solar, se puede exponer a un bebé al sol?
Según los expertos de Mustela, no recomiendan la exposición directa al sol de los niños menos de tres años, ya sea playa o piscina.
La piel del niño es más frágil que la del adulto frente a la radiación UV: se defiende peor contra las agresiones provocadas por el sol y conserva, durante muchos años, la "memoria" de las quemaduras solares que sufre. Por lo tanto, la infancia es un período clave en cuanto a la exposición al sol, y el papel de los padres es fundamental para preservar la piel de los hijos.
Nunca dejes a tu bebé desnudo o en traje de baño bajo el sol, aunque lleve protección. Vístelo con ropa holgada de algodón, con tramado de tejido estrecho para que filtre bien la radiación UV o camisetas que tengan protección solar, una gorra y hay que aplicar protección solar, incluso cuando el bebé está a la sombra.
Después de tomar el sol es bueno bañar al niño o darle una ducha templada para quitar la sal o el cloro de su piel, y aplicarle una crema que hidrate su piel y repare los posibles daños producidos por el sol.