“Es un destino que reúne todo lo que las personas buscan a la hora de vacacionar y esto ha permitido que durante la mayor parte del año tengamos una gran cantidad de turistas", reconoce un ejecutivo hotelero.
“De todas las playas del mundo, pocas tienen un agua tan cristalina y una arena tan fina”. A esta conclusión llegó un informe de la Unesco sobre Punta Cana. Y no se equivoca. Este cabo de República Dominicana se ha convertido en un paraíso, en donde los turistas pueden abandonarse a un descanso absoluto y disfrutar de una oferta casi infinita de actividades.
Con más de 50 kilómetros de playas de arena blanca, un mar cálido y algunos de los mejores campos de golf del mundo, este pedacito del Caribe se ha convertido en uno de los destinos más apetecidos para vacacionar. Desde parejas de recién casados que quieren vivir una luna de miel inolvidable, hasta grupos familiares en busca de diversión. Y aunque los deportes acuáticos cautivan a quienes buscan liberar una buena dosis de adrenalina, la extraordinaria infraestructura hotelera de Punta Cana garantiza que no haya espacio para el aburrimiento.
Sólo tres horas de vuelo separan a Bogotá de uno de los lugares más paradisiacos del planeta, que en menos de 500 kilómetros cuadrados parece reunirlo todo: un espectacular paisaje, con playas blancas y un mar en varias tonalidades, mercados artesanales, haciendas coloniales y gigantescos hoteles como el Hard Rock, en donde los huéspedes gozan nadando con delfines, esquiando, paseando en kayak y degustando lo mejor de la gastronomía local e internacional.
“Es un destino que reúne todo lo que las personas buscan a la hora de vacacionar y esto ha permitido que durante la mayor parte del año tengamos una gran cantidad de turistas. Adicionalmente cada vez es mejor la conexión aérea. Hoy en día contamos con rutas directas desde varias partes del mundo, incluyendo Colombia”, destaca Sergio Rivera Campos, gerente comercial del Hard Rock Hotel & Casino y un mexicano que no oculta su cariño y admiración por este tesoro del Caribe, en donde vive desde hace más de diez años.
Otro de los encantos de Punta Cana es el golf. De hecho, por cuenta de este deporte se ha desarrollado de manera vertiginosa el turismo inmobiliario con imponentes proyectos residenciales y de lujo, la mayoría cerca o rodeados por increíbles áreas verdes. Hasta este paraíso llegan anualmente cientos de aficionados, que pueden disfrutar de 28 campos, muchos frente al mar, con una vista de película.
Los parques de aventura son otro de los atractivos de Punta Cana. Sus características climáticas y diversidad de vegetación —hay lugares en donde parece una jungla—, la convirtieron en el escenario perfecto para lanzarse en tarabitas, divertirse atravesando circuitos de obstáculos con puentes colgantes y túneles o simplemente dar relajados paseos en bicicleta por zonas montañosas.
Todos estos encantos, sumados a la amabilidad de su gente y espectacularidad de las playas hacen que estar en este lugar se convierta en la oportunidad perfecta para escaparse de la rutina.