El despido injustificado ocupa 87.5% de las demandas por parte de los trabajadores mexicanos.
Uno de los momentos más estresantes para las personas es cuando son liquidadas de sus centros de trabajo, lo que se agrava si el despido es injustificado, ya que se pueden llegar a violentar derechos laborales y se generan trámites legales contra la compañía, dejando así una mala imagen a la corporación que puede resultar muy costosa.
De acuerdo con datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, el despido injustificado ocupa 87.5% de las demandas por parte de los trabajadores ante la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet) Tan sólo entre enero y septiembre del 2017, se registraron 2.000 casos donde no se justificaba la causa por la que el contratista separó al trabajador de su puesto.
Ante esto, Ivette de Jacobis, directora de Espiral Positiva y consultora de bienestar emocional, destaca la importancia de que la empresa tenga claras las políticas laborales y sobre todo las enfocadas en retirar a un empleado de la institución, para que cuando se tenga que hacer un despido, no exista el conflicto de saber si fue adecuado o no.
“Toda persona que sea despedida, de entrada, le va a disgustar. La mayoría de los casos de despidos injustificado se da por falta de información, por ello debemos tener claros los procedimientos e indicadores a cumplir. Por ejemplo, que a la tercera falta administrativa se procede a la salida de la empresa”, dijo en entrevista a El Economista.
Añadió que las empresas que no cuentan con estos procedimientos son las que más conflictos legales sufren en este ámbito, sobre todo las pequeñas y medianas por la falta de claridad en las normas de operación.
Asimismo, enfatizó la importancia de tener una buena comunicación en la organización y evaluaciones mensuales para conocer el rendimiento de los empleados y hacerles saber sus áreas de falla, dando una oportunidad de resolverlo o, de lo contrario, anunciar que se tendrá que prescindir de sus labores.
Cuando llega el despido
De Jacobis indicó que cuando la empresa o los líderes llegan a la decisión de despedir a un colaborador, primero se debe hablar con la persona para explicarle las causas, quiénes están involucrados en el proceso y responder a todas las preguntas que puedan surgir.
En caso de que no se den motivos y el empleado considere que no hay razón válida de su salida, puede llegar a un acuerdo o, de lo contrario, comenzar un proceso legal, algo que la compañía debe evitar a toda costa.
“Lo que menos quieren las empresas es tener una mala imagen. Hay que tomar muy en serio las reclamaciones de despido injustificado y dar derecho de réplica al colaborador para que explique por qué considera que su despido es injustificado."
Posteriormente, lo mejor es dar tres o cuatro días para que todos los involucrados en el despido (directivos y empleado) presenten pruebas del porqué la salida del colaborador tiene una razón válida.
En caso de que se demuestre que fue injusto, la compañía puede ofrecer un apoyo económico o reconsiderar la opción de devolver el empleo, aunque es lo menos recomendable por el ambiente tenso que se puede generar.
De igual manera se deben definir los días por pagar, según la antigüedad. Con base en la ley laboral vigente, al ser un despido injustificado la compañía está obligada a pagar el finiquito, la prima de antigüedad y una indemnización constitucional señalada en el título sexto artículo 123 fracción XXII de la Carta Magna, que equivale a 90 días de salario.
Si no se dan las condiciones, la organización entrará a un proceso de investigación para conocer las razones del despido, lo que puede tomar meses o en casos severos, años.
“Es importante que las empresas tengan un buen plan de trabajo, una comunicación efectiva y evaluaciones constantes. Esto será benéfico tanto para la compañía como el colaborador”, concluyó Ivette de Jacobis.
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