La misma Casa Blanca dice que el acuerdo "no ofrece alivio arancelario a los países que se unen, incluidos India, Malasia y Filipinas, pero proporciona una forma de resolver problemas que van desde el cambio climático hasta la resiliencia de la cadena de suministro y el comercio digital".
El llamado Marco Económico para la Prosperidad del Indo-Pacífico (IPEF, por sus siglas en inglés), lanzado hace apenas una semana por Estados Unidos, tiene gusto a poco y no deja a casi nadie contento, ya que las críticas han llegado lo mismo desde China que desde Occidente.
Biden eligió en su primer viaje a Asia presentar formalmente este acuerdo y desde el día uno los críticos dijeron que ofrecía escasos beneficios a los países de la región. La misma Casa Blanca dice que el acuerdo "no ofrece alivio arancelario a los países que se unen, incluidos India, Malasia y Filipinas, pero proporciona una forma de resolver problemas que van desde el cambio climático hasta la resiliencia de la cadena de suministro y el comercio digital", como fue destacado por Reuters.
"Está alejado de los estándares históricos de cooperación de la región", consideró al respecto el académico argentino Patricio Giusto.
En entrevista con la agencia china de noticias, Xinhua, Giusto, quie es Director del Observatorio Sino-Argentino afirmó que en la región de Asia-Pacífico ya existen marcos de cooperación internacional, como el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) o la Asociación Económica Integral Regional (RCEP).
"El nuevo marco económico propuesto por Estados Unidos no tiene nada que ver con los estándares históricos de cooperación ni con la cultura de la región", enfatizó el profesor visitante de la Universidad de Zhejiang.
Giusto explicó que los países integrantes del nuevo marco son países ubicados alrededor de China, y señaló que la mayor parte de ellos son socios comerciales importantes de China, país que, justamente, no está incluido dentro de este nuevo esquema.
"Se quiere formar una alianza de tipo económica, pero ante todo, esto es un paraguas para lo que más importa a Estados Unidos, que es una alianza en materia de defensa y seguridad anti-China, eso claramente es así. El presidente Joe Biden y otros funcionarios de Washington, cuando son consultados al respecto, no tienen ningún pudor en ocultarlo", remarcó el politólogo en Xinhua.
En visión del analista, Estados Unidos propone este nuevo marco "porque necesita llenar el vacío que dejó la política exterior aislacionista y ultra-proteccionista de Trump, y para tratar de superar lo que fue el traspié de abandonar el TPP a un año de haberlo firmado".
Concretamente, el IPEF aglomera a economías que representan el 40% del PIB del planeta, compuesto por Estados Unidos, Japón, Australia, Brunei, Corea del Sur, India,Indonesia, Malasia, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.
El asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, dijo además a los periodistas que cubrieron el evento en Tokio, que Taiwán no formaría parte del lanzamiento de IPEF, pero que Washington busca profundizar los lazos económicos con la isla autónoma.
"Pero más que un bloque económico, es una respuesta para intentar contrapesar el asenso de China direccionada a desbancar a Estados Unidos como primera potencia económica global, una trayectoria cuya velocidad ha sido amortiguada por la pandemia del COVID-19, la política de “Cero Covid” y los efectos directos e indirectos de la guerra en Ucrania", indica Pamela Aróstica, académica chilena, directora de REDCAEM.
GIRA ASIÁTICA
Al presentar su plan para el compromiso económico de EE. UU. en Asia, dejando que los 13 países fundadores determinen cómo hacer cumplir sus acuerdos y si China podría unirse alguna vez.
“El futuro de la economía del siglo XXI se escribirá en gran medida en el Indo-Pacífico, en nuestra región”, dijo Biden en el evento de lanzamiento en Tokio. "Estamos escribiendo las nuevas reglas".
Concretamente, Biden quiere que el acuerdo eleve los estándares ambientales, laborales y de otro tipo en toda Asia.
Pero esos países fundadores deberán negociar qué estándares desean cumplir, cómo se aplicarán y si sus legislaturas nacionales deberán ratificarlos y cómo considerar a los posibles futuros miembros, incluida China, explicaron funcionarios de Biden.
Hasta el momento, China no ha expresado interés en unirse a IPEF: "Muchos de los estándares que Washington quiere harían que ese acuerdo fuera desagradable para Beijing", dijo un funcionario estadounidense.
Los expertos en comercio y economía del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington dijeron que no estaba claro cómo la administración Biden planeaba lograr los objetivos de IPEF o qué incentivos podría proporcionar para fomentar la cooperación.
UN ACUERDO DIFICIL DE VENDER
"Básicamente el objetivo de la gira tuvo que ver con cuestiones de seguridad, promover una visión común frente a China y generar una alternativa en términos económicos para competir con China", observó el académico argentino Giusto.
Algo en lo que coincide el académico y analista internacional peruano, Farid Kahhat.
"[Se trata de] un acuerdo económico, donde lo comercial es probablemente lo menos importante, porque no puede ofrecer a cambio de las concesiones que pide acceso al mercado norteamericano, porque cualquier intento de bajar aranceles significativamente requeriría un apoyo del Congreso que probablemente no tiene. Entonces, el acuerdo comercialmente es lo menos importante y no resuelve el problema de que comercialmente Indo Pacífico es más estrecha con China que a EEUU, pese a que algunos de esos países temen a China por temas de seguridad", explicó Kahhat a AsiaLink.
"En general, EE.UU. tiene un promedio de aranceles bajo. Pero no puede ofrecer aranceles más bajos o iguales a cero, porque eso requeriría ratificación del Congreso, como un TLC habitual", prosigue Kahhat, quien detalla que en ambas cámaras solía ser habitual que los republicanos fueran pro libre comercio y los demócratas proteccionistas, "pero ahora todos son proteccionistas desde Trump, y en particular respecto de China, no solo por temas comerciales sino por tema de seguridad y de propiedad intelectual, que son temas que van más allá de lo estrictamente comercial", sentencia.
Más crítico aún se muestra el periódico japonés Nikkei, que en un editorial duda seriamente que el acuerdo funcione.
"Si bien los detalles aún no se han concretado, el plan será difícil de vender, escribe esta semana el fundador y presidente del Centro para China y la Globalización, Wang Huiyao. El primer problema es de credibilidad tras su retirada del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. Un problema mayor es que IPEF no ofrece mucho a las economías en desarrollo. Pero el elefante en la habitación, argumenta Wang, es que excluye a la economía más grande de Asia. Para marcar una diferencia real, señala Wang, Biden primero debe enfocar la IPEF en el cambio climático y, en segundo lugar, obtener la cooperación de China. “Si pueden dejar de lado sus diferencias y trabajar juntos, EE. UU. y China tienen la influencia y las capacidades complementarias para impulsar un progreso real en la descarbonización de Asia”, escribe Wang.
CHINA DICE NO Y LE DICEN NO
"China da la bienvenida a las iniciativas conducentes a fortalecer la cooperación regional", pero "se opone a los intentos de crear división y confrontación", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, en un comunicado que salió casi a la par que el anuncio de Biden.
"Asia-Pacífico debería convertirse en un terreno elevado para el desarrollo pacífico, no en una arena geopolítica de gladiadores", dijo.
El anuncio se produjo cuando el Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, comenzó una gira por los países de las Islas del Pacífico, incluido Fiji, una región que se está convirtiendo en un frente cada vez más tenso en la competencia por la influencia entre Beijing y Washington.
Wang llegó a la región la semana pasada en busca de un acuerdo de 10 países con naciones insulares sobre seguridad y comercio que ha desconcertado a Estados Unidos y sus aliados del Pacífico.
Contra todo pronóstico, la pequeña isla de Fiji se unirá al IPEF, por sus siglas en inglés) del presidente estadounidense Joe Biden, dijo la Casa Blanca el jueves, lo que lo convierte en el primer país insular del Pacífico en el plan que es parte de un esfuerzo de Estados Unidos para hacer retroceder la creciente influencia regional de China.
Fiji es el decimocuarto país en unirse a las conversaciones de IPEF, que excluyen a China.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, cuando se le preguntó sobre la firma de Fiji en IPEF, dijo a los periodistas en Beijing el viernes que Asia-Pacífico "no debería convertirse en un tablero de ajedrez geopolítico".
"Coincido con lo que dice el canciller Wang. ¿Cómo creerle ahora a Estados Unidos en esta nueva propuesta, después de haber abandonado el TPP y sus usos históricos y de cargar de militarismo y conflicto la relación con los países del Indopacífico?", se preguntó el analista argentino Giusto.
El experto contrapuso que "China en cambio ofrece una diplomacia muy activa y comprometida, que busca resultados, lo que es toda una contrapartida con las posturas unilateralistas, que tanto daño han hecho. China siempre demostró lo importante que es un multilateralismo funcional a los intereses comunes, a esa comunidad de destino compartido que defiende Beijing", subrayó el Director de la Consultora Diagnóstico Político.
Por último, el académico argentino recordó que al Marco Económico no se han sumado países como Tailandia, Myanmar, Camboya o Laos, que son vecinos de China.
En la pugna con Estados Unidos por la influencia en la región del Pacífico Sur, el Ministro de Relaciones Exteriores de China Wang Yi propuso un gran acuerdo de seguridad a diez islas del Pacífico Sur, negociaciones que tenían como objetivo aumentar significativamente la participación de Pekín en la seguridad, la economía y la política del Pacífico Sur.
Sin embargo, este lunes 30 de mayo los líderes de esas naciones insulares indicaron en Fiji que la prioridad es el consenso y sería necesario un amplio entendimiento entre los Estados insulares antes de firmar cualquier “nuevo acuerdo regional”, cerrandole la puerta a China.
"Este revés al no lograr el consenso necesario para la firma un acuerdo de seguridad y comercial propuesto por Beijing, reduce por el momento las alarmas por parte de Estados Unidos o Australia, que recelan del incremento del poderío chino en un área tradicionalmente bajo su influencia", concluye Pamela Aróstica.