A los tres les tomó por sorpresa la noticia. Se inscribieron al concurso porque querían asumir el reto de confeccionar, profesionalmente, prendas informales en algodón como materia prima. Juan Manuel Zapata, de la universidad San Buenaventura de Cali, ocupó el primer lugar. Eduin Alberto Montoya, del Sena, fue segundo y Amarylis Angulo, venezolana que estudia en la Universidad Santa María de la Antigua de Panamá, fue tercera. 

 

“Tuvimos un trabajo muy árduo, pasé cuatro noches sin dormir por estar confeccionando con la máquina pequeña que tengo en mi casa, que ni siquiera puede coser denim”, contó el ganador. “A mí me pasó lo mismo”, agregó Amarylis, “yo utilicé fibra cruda, las flores de la falda las hice con tiras que tinturé de azúl índigo, luego las bordé en el tul. Un proceso complicado pero me encantó”. Eduin Alberto investigó los procesos de pigmentación del algodón en cinco colores, los bordados y la lavandería industriales.

 

Para los tres diseñadores fue importante que sus prendas se puedan usar de manera casual.El traje de Amarylis está creado para una mujer que después de un día  de trabajo lo pueda usar en un contexto elegante. La combinación de falda y chaqueta, de Eduin Alberto, es para uso cotidiano. Mezcló la estética de las recolectoras de algodón de Estados Unidos con los patrones que los indigenas Wayuu usan en algunas de sus mochilas.

 

El concepto de “Nuevo Juego”, lema de Colombiamoda 2017, motivó a Juan Manuel Zapata a participar en el concurso. “Me interesaba mostrar una perspectiva sostenible que incluía jeans reciclados y algodón orgánico, con un estilo relajado y sin género”, dijo. “Este concurso se conectó con el tema que me gusta: la moda protesta”.  

 

“Desde sus inicios, la conceptualización de la propuesta de Juan Manuel Zapata era muy clara y coherente. Presentó una propuesta interesante, no solo trabajó muy bien el algodón sino que le agregó la idea sin género. El tipo de siluetas eran innovadoras. La factura le dio un valor fundamental, estaba perfectamente pensado el derecho y el revés. Cumplió todos los requisitos”, fue el concepto sobre el trabajo del ganador  de la analista de moda y jurado, Luisa Fernanda Henao. 

 

Tanto Amarylis como Juan y Eduin creen que la tecnología está cambiando a la industria de la moda, para ellos hay procesos más fáciles de hacer gracias a esto. Además, creen que internet cambió también la forma de promocionar la moda. “Los influenciadores crean gran identificación con las personas. Para nosotros los nuevos diseñadores es más fácil y efectivo darnos a conocer a través de ellos”, dice Zapata. Eduin, diez años mayor que sus compañeros, no está familiarizado con esta dinámica pero Amarylis sí, ella tiene una marca de vestidos de baño en croché que comercializa en redes con su marca Amarilis Angle. 

 

Los premios para los ganadores son: una beca de un curso de verano en el Instituto Marangoni, para el primer puesto, un viaje a Nueva York por cinco días para el segundo puesto y pasantía en una reconocida fábrica textil, para el tercer puesto. 

Natalia Piza/ El Espectador