Según un estudio, los padres millennials son menos propensos a utilizar sus ingresos para financiar la educación de los pequeños.
Aunque cuatro de cada cinco padres (85%) financia la educación de sus hijos utilizando sus ingresos diarios (espera el pago de su salario), las cabezas de familia más jóvenes tienen una mayor preferencia por utilizar mecanismos de ahorro e inversión que los padres de generaciones anteriores.
De acuerdo con el estudio “El valor de la educación: Cada vez más alto”, realizado por HSBC, sólo 8% de todos los encuestados está financiando la educación de su hijo a través de ahorros o planes de inversión específicos para la educación.
Los padres millennials son más propensos (en 13% de los casos) a utilizar este método que los padres de generaciones anteriores (5%). Un contraste similar expone el hecho de que 88% de los padres de generaciones anteriores están pagando la educación de sus hijos a través de sus ingresos diarios, en comparación con 79% de los padres millennials.
Estos datos implican que comienza a haber una diferenciación de la cultura financiera que cada generación tiene, consideró Mauricio del Pozzo, director general de HSBC Seguros. “(Los millennials) comienzan a adquirir productos financieros específicos para la educación, eso es muy relevante”.
Otros métodos que los padres de familia, en general, consideran para el pago de la educación de sus hijos son los ahorros generales / inversiones / seguros (17%), préstamos generales (en 6% de los casos), y la herencia u otro pago único (2%).
Universidades en el extranjero y posgrados, ideales
Otro hallazgo relevante del estudio es que 45% de los padres encuestados consideraría que sus hijos estudiaran en el extranjero, incluso cuando 41% de ellos no sabe cuánto costaría.
Esto va de la mano con una gran deseo (en 95% de los casos) de que los hijos hagan un posgrado. Según el estudio, es más probable que los padres consideren la realización de un posgrado (42%) que los estudios de licenciatura (23%).
“En la generación de mis abuelos lo ideal era que se terminara la preparatoria, y en la mía la universidad era lo deseable; ahora los padres quieren que sus hijos estudien un posgrado”, refirió Mauricio del Pozzo, para lo cual, no obstante, se requiere de un mayor ahorro.
Una de las principales problemáticas que acompaña estas ambiciones, agregó el directivo, es que al no ahorrar de manera anticipada y constante, los padres se enfrentan a cantidades muy grandes cuando quieren comenzar a ahorrar.
Este desafío se agudiza al tener en cuenta que los principales destinos para realizar estudios en el extranjero, según las ambiciones de las cabezas de familia, son Estados Unidos (en 47% de los casos), Canadá (43%) y Alemania (36%).
Entre los mayores obstáculos que los padres ven para que sus hijos puedan tener una educación foránea, destacan los costos más altos (46%), la inestabilidad económica y sus consecuencias en el tipo de cambio (43%), e incluso la inestabilidad política, según dijo 31% de los encuestados.
Educación en línea, sólo sI es 50% más barata
A medida que avanzan las nuevas tecnologías, la educación en línea se presenta como una alternativa, una premisa con la que coincidió 71% de los encuestados, quienes considerarían una carrera para sus hijos en esta modalidad si fuera más barata que de un modo tradicional.
Sin embargo, qué tan barata sea la modalidad tiene un gran peso, ya que la mayoría de los padres de familia encuestados (30%) sólo la consideraría la educación online si disminuye los costos en más de 50%, y 26% lo haría si el precio bajara en 75%.
En la misma línea, 8% indicó que no sería una opción factible “ni aunque fuera gratis”; 6% expresó que sería una alternativa sólo si fuera gratis, y sólo 4% pagaría el mismo costo que por una educación presencial.
Aunque los beneficios financieros son los que más destacan los encuestados, la principal desventaja para 44% de los padres de familia es que existe una menor relación con profesores personales, así como menos oportunidades de interacción con compañeros.
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