Por Carlos Campos, jefe de liderazgo, innovación e investigación de Toulouse Lautrec.
De acuerdo con el estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Economía creativa en América Latina y el Caribe del 2018, en donde se analiza el potencial económico de las industrias creativas a partir de los datos disponibles; se sabe que el sector creativo es una fuente inmensa de crecimiento exponencial con capacidad de generar innovación en muchas actividades.
Por otro lado, según resultados del Informe Mundial de la Unesco de 2018, el cual reúne importantes avances y reflexiones en torno a la cultura y el desarrollo sostenible, existe evidencia limitada de sistemas de información cultural en los países; por ello, se recomienda establecer sistemas de recolección de datos y realizar inversión para respaldar las iniciativas de esta industria.
En este contexto, la Cumbre de Economía Creativa +Cartagena 2019, nos dejó importantes reflexiones al respecto; por ejemplo, el presidente colombiano Iván Duque, resaltó el valor de los datos a través de la cuenta satélite del sector creativo en Colombia. Duque precisó que con buena información estadística se pueden tomar mejores decisiones, en un sector que puede emplear más gente que la minería y otros sectores tradicionales. La llamada economía naranja produce casi el doble de PBI que la industria del café en Colombia.
En Perú, según el Ministerio de Cultura al 2015, las actividades culturales significan el 1,58% del PBI, lo que resulta valioso si es comparado con otras industrias como las actividades de electricidad, gas y agua que aportan 1,7%. Asimismo, de acuerdo con el estudio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) de 2016, las exportaciones de bienes creativos en Perú crecieron de 137,8 millones en el 2003 a 270,2 millones de dólares al 2012. Esta dinámica con potencial innovador plantea la necesidad de disponer de datos rigurosos y actualizados para proyectar la inversión en el sector.
Si bien es cierto, la creatividad e innovación son componentes transversales a todos los sectores, quizás sea oportuno plantear como experimento una categoría de industrias creativas, para conocer su participación en el contexto, sus demandas y roles para generar estrategias de soporte y aprovechar su potencial aún subexplorado.
Es evidente que se necesitan más datos macroeconómicos; sin embargo, es vital conocer a nivel local los conglomerados creativos como factor de desarrollo, así como diseñar modelos de inversión sostenibles y crear espacios de difusión del sector creativo a nivel empresarial, educativo y gubernamental. En línea con la recomendación de la UNESCO, compartir metodologías que permitan el análisis del impacto de las industrias creativas y culturales en el desarrollo social, económico y medioambiental de los países de nuestra región.