El psicólogo Esteban Muñoz Valdés, miembro de la Comisión de Salud del Partido por la Democracia, reflexiona sobre cómo se promueve la concientización sobre esta problemática.
En lo que respecta a la salud de las personas, el ámbito relacionado con lo mental es un aspecto fundamental a considerar, en especial, ahora que las rutinas son cada vez más demandantes y cargadas con altas cuotas de estrés.
Es por esto, que el psicólogo Esteban Muñoz Valdés reflexiona, en el mes en que se conmemora la jornada mundial de la salud mental, sobre cómo se promueve la concientización sobre esta problemática, pero más allá de tener o no un caso cercano afectado por alguna patología.
"Generalmente estamos mirando con cierto dejo de incertidumbre, rechazo e incluso miedo a las personas que padecen de alguna enfermedad de salud mental. Cuando nos planteamos la posibilidad de ir a un psiquiatra o psicólogo aún se piensa que no es necesario porque no estoy loco; pero, si nos alejamos de los prejuicios y nos centramos en lo que es gozar de una buena salud mental, según la definición de la OMS, hablamos de un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad", explica el profesional miembro de la Comisión de Salud del Partido por la Democracia.
Agrega que un día que conmemora la salud mental es algo que todos deberíamos celebrar, sin embargo las enfermedades más complejas que afectan cada día más al ciudadano urbano, como la esquizofrenia, los trastornos bipolares o alguna organicidad, es motivo de preocupación.
"Si nos miramos instrospectivamente, probablemente somos muchos los que nos hemos visto enfrentados a cuadros de estrés, o bebiendo problemáticamente o hemos pasado por algún proceso de duelo que nos deprimió y nos sacó de nuestro estado de bienestar y productividad", dice Muñoz Valdés, acercando los temores a este tipo de males, pero también su tratamiento y sano enfrentamiento.
"La idea es, que podamos reconocer en nosotros mismos y darnos la posibilidad de, en ocasiones sentirnos frágiles, sobrepasados, tener pena, rabia etc., y ver, escuchar, sentir esto como la oportunidad de vivir nuestras emociones, sensaciones, cogniciones hablantes y tomar conciencia de que debemos hacer para modificar ese sentir, o cambiar alguna situación, porque no podemos hacernos los sordos con nuestros cuerpo, pensamientos y emociones indefinidamente, ya que es cuando no logramos reconocer conscientemente que nos quieren decir nuestras emociones, nuestras constracturas, nuestros pensamientos reiterativos, nuestras fugas de ideas, etc", sostiene.
Por ello, la invitación de Muñoz es poder sensibilizar, mirarnos y darnos cuenta como esta nuestra salud mental. "Preguntarnos cómo estoy durmiendo por las noches, como está mi descanso, cómo me siento emocionalmente, cuánto deporte o actividades que me hacen feliz realizo cotidianamente, cómo está mi vida sexual, entre otros aspectos que nos van indicando cómo debemos enfrentar nuestra vida cotidiana y cómo se encuentra nuestra salud mental", recomienda.