El gerente de planta de Takata Uruguay afirmó que la bancarrota aplica únicamente para Japón y Estados Unidos, mientras que las demás regiones en las que opera la compañía "se mantienen sin ningún cambio".
La multinacional Takata, fabricante de airbags, se declaró en bancarrota el domingo por la noche en Japón, y los ecos del anuncio se hicieron sentir del otro lado del mundo, en el departamento de San José, donde la compañía tiene una fábrica que emplea a más de 650 personas.
Sin embargo, según explicaron desde la empresa, el anuncio de la casa matriz nipona "no afecta absolutamente en nada" al negocio en Uruguay.
En diálogo con El Observador, el gerente de planta de Takata Uruguay, José Enrique Alonso, afirmó que la bancarrota aplica únicamente para Japón y Estados Unidos, mientras que las demás regiones en las que opera la compañía "se mantienen sin ningún cambio".
Alonso informó que este lunes le transmitió tranquilidad a la plantilla y aseguró que "no se prevé reducción en ningún sentido ni pérdidas de negocios". Por el contrario, dijo que la compañía continuará con la misma demanda de productos y que "prevé mejoras en términos de eficiencia".
Final anunciado. La historia reciente de Takata podría describirse como la crónica de una quiebra anunciada, desde que en 2014 se constataran fallos en la fabricación de una serie de airbags, un problema que se ha ligado a al menos una quincena de muertes.
Esos dispositivos defectuosos que la compañía vendió a las principales marcas del mundo, y que explotaban al momento de la colisión –arrojando trozos de metal a los pasajeros–, derivaron en una larga lista de sanciones y obligaciones, que fueron conformando una deuda de más de un billón de yenes (US$ 8.988 millones).
A raíz de esa situación, la junta directiva de Takata decidió declararse en bancarrota e iniciar un proceso judicial de reestructuración de la deuda.
Entre las primeras medidas para encaminar la recuperación, Takata venderá la mayoría de sus activos a Key Safety Systems (KSS), subsidiaria en Estados Unidos de la firma china Ningbo Joyson.
Alonso dijo que esa fusión con KSS –que todavía no se sabe cuando se concretará– abre una chance de entrar a negocios que hasta ahora Takata no ha podido.
"El volumen de clientes y ventas de KSS junto con el volumen de Takata hará una empresa más fuerte todavía", aventuró el empresario.
Trabajadores. La semana pasada los trabajadores de la planta recibieron la visita del director de Operaciones Industriales de Takata Sudamérica, Carsten Franke, quien les informó que hasta fin de año están asegurados los puestos de trabajo, informó el diario Primera Hora de San José.
La representante de la Unión Nacional de Trabajadores Metalúrgicos y Ramas Afines (Untmra) en Ciudad del Plata, Beatriz Tamiel, dijo a ese medio que si bien el trabajo en la planta "sigue siendo normal", los trabajadores están "pendientes de lo que pueda pasar".