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Quiere vivir 140 años y para lograrlo se inyecta bacterias prehistóricas
Jueves, Noviembre 12, 2015 - 12:13

El experto en geocriología, Anatoli Brushkov, cree que la bacteria Bacillus F (Frost) podría ayudar a que los seres humanos vivan hasta un 30% más por sobre su potencial máximo actual promedio de 90 años. Incluso restablecer su aparato reproductor a esa edad. Y está intentándolo en sí mismo.

Aram Ter-Gazarián para RBTH. La fuente de la juventud existía. No estaba en Florida (donde la buscaron los españoles y el capitán Jack Sparrow de Johnny Deep), sino congelada, en Siberia, Rusia. Se trata de la bacteria bautizada como Bacillus F., descubierta en la región de Yakutia por una expedición de investigadores de la Universidad Estatal de Moscú (MGU, por sus sigla en ruso).

“Nos sorprendió, casi inmediatamente, que este organismo no mostrara a primera vista ningún rasgo de envejecimiento", comenta Anatoli Brushkov, director del Departamento de Geocriología de la Facultad de Geología de la MGU. Fue la razón por la cual él y su equipo comenzaron a estudiarlo. "Resultó que, a pesar del parecido de las células de la bacteria con las de los seres humanos, estas son más longevas. Empezamos a inyectar un suero con Bacillus F. en ratones y descubrimos que los sujetos vivían entre un 20 y un 30 % más tiempo que los ratones comunes”.

Desde entonces, Brushkov lleva más de seis años experimentando con los animales, inyectándoles bacterias. Como resultado, los roedores han comenzado a vivir mejor y más tiempo, de modo que el científico ha decidido someterse él mismo a la acción de este bacilo. No fue un capricho: cuando Brushkov estudió el resto de efectos provocados por la acción bacteriana y supo que Bacillus F mejoraba también el sistema inmunológico, decidió probar el suero en su propio cuerpo. “No he lamentado esta decisión ni un solo segundo”, declara.

Una oportunidad más para vivir

Muy pronto comenzaron a llamar al suero “elixir de la juventud”, a pesar de la multitud de reservas y cautela de sus compañeros. “Las bacterias, curiosamente, morían en cuanto entraban en el organismo, pero al mismo tiempo los ratones parecían volver a nacer”, comenta el biólogo Vladímir Repin, director del laboratorio al inicio de la investigación.

Los científicos hacían volver, literalmente, a los ratones del otro mundo. “Imagínese un ratón ya anciano, que ha vivido los 600 días de media que suelen vivir, y de pronto, tras una inyección, ¡comienza a comportarse como un ratón joven! –comenta Repin admirado-. Todos los índices de su organismo se normalizan y el ratón vive alrededor de un año más, es decir, una tercera parte más de vida”.

Es extrapolando lo anterior que los científicos opinan que Bacillus F. podría ayudar a que las personas vivieran unos 140 años. Pero, en su opinión, por ahora es pronto para hablar de la producción industrial del bacilo: primero hay que estudiar el mecanismo concreto de conservación de las condiciones de vida de la bacteria.

600 genes desconocidos

“La atípica pared bacteriana y la inusual composición química de las proteínas provocan una respuesta más fuerte del sistema inmunológico que cuando otros microorganismos entran en el cuerpo. La capacidad inmunológica se incrementa drásticamente, eso está comprobado. Pero por ahora no queda claro cuál es el efecto del bacilo a largo plazo”, comenta la investigadora del Instituto de Biología Química y Medicina Fundamental de la Academia Rusa de Ciencias, Nadezhda Mironova.

Los investigadores han averiguado que los “motores” de las bacterias o, en jerga científica, los mediadores que hacen que el sistema inmunológico del organismo reaccione a la inyección, son dos sustancias que poseen propiedades inmunoreguladoras: el glutamato y la taurina. Otro elemento que apunta a la singularidad de la bacteria es que su genoma resulta notablemente más largo que el resto de bacilos hallados anteriormente. Además, los científicos han descubierto en él 600 genes desconocidos hasta ahora.

“Estoy seguro de que entre estos genes encontraremos el que se encarga de la longevidad", opina el director del Instituto de la Criósfera de la Tierra y miembro de la Academia Rusa de Ciencias, Vladímir Melnikov. "La bacteria, gracias a este gen, es capaz de vivir millones de años, y nosotros debemos ofrecer esto a las compañías farmacéuticas. Pero el trabajo que tenemos por delante es enorme. En la actualidad, varios experimentos han ayudado a nuestros ratones, entre otras cosas, a restablecer la función reproductora para poder volver a procrear”. Ancianitos, pero vivitos y coleando.

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