Un nuevo estudio confirma que estar menos tiempo sentado detrás de un escritorio o un volante mejora el estado físico y la salud general.
Sí de riesgo se trata, podemos creer que evitar el andinismo, el surf en la costa de olas gigantes de Portugal o el automovilismo deportivo de alta competición, y quedarnos sentados en la oficina realizando un trabajo claramente protegido, es lo mejor a largo plazo.
Sin embargo, precisamente, el estar sentados podría ser nuestra Némesis. De hecho, sentarse por mucho tiempo se relaciona cada vez más con un incremento del riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y cáncer.
Un estudio que comparó adultos que pasaban menos de dos horas diarias en frente de la televisión y otros que se quedan en la misma situación más de cuatro horas por día, dio por resultado un incremento -para los que pasaban más tiempo frente a las pantallas- de un 50% de muerte por cualquier causa y cerca de un 125% de aumento de muerte por eventos asociados con enfermedad cardiovascular o ataque cardíaco.
Para sorpresa de los investigadores, según la Clínica Mayo, este riesgo incrementado estaba separado de otros factores de riesgo tradicionales para enfermedad cardíaca. Como, por ejemplo, fumar o tener alta presión.
No se trata de culpar a la televisión, cualquier situación que lleve a estar muchas horas sentado detrás de un escritorio o detrás de un manubrio, resulta dañina y lo que es más alarmante, tratar de compensarlo pasando algunas pocas horas a la semana en el gimnasio u otro tipo de actividad física moderada o vigorosa no pareció, en estas investigaciones, eliminar o compensar el riesgo.
Ahora un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Sydney, Australia, basado en el seguimiento de 25.000 adultos mayores, demostró que -contra la creencia común- al jubilarse muchos elementos de su salud mejoraron, en parte por dejar atrás tanto tiempo de estar sentados. Es así como, de promedio, los retirados incrementaron su actividad física en 93 minutos a la semana, cayó su tiempo sedentario 67 minutos por día, aumentaron su sueño por 11 minutos diarios y el 50% de las mujeres dejó de fumar.
Las diferencias son significativas aún después de ajustar factores como la edad, el sexo, la residencia urbana o rural, el estatus marital y la educación. Además, no hubo una asociación significativa entre el retirarse el uso de alcohol o los consumos mayores o menores de frutas y vegetales según el doctor Melody Ding, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Sidney.
“Comparados con las personas que aún siguen trabajando, los retirados han incrementado su actividad física reduciendo el tiempo de quedarse sentados y son menos proclives a fumar y tienen mejores patrones de sueño”, dice.
Sin duda, “un evento en la vida como la jubilación crea una gran ventana de oportunidad para hacer cambios positivos en los estilos de vida. Es una oportunidad para sacarse de encima mala rutinas y diseñar una nueva y más sana actividad diaria”, arguye.
Para el investigador muchos de estas mejoras tienen lugar, incluso, sin intención ninguna: “Los cambios de estilo de vida fuera más pronunciados en personas que se retiraron después de trabajar tiempo completo. Cuando una persona se están trabajando y transportándose de ida y vuelta al trabajo, eso le consume una gran cantidad el tiempo de su día. En cambio, cuando se retira tiene tiempo para estar físicamente activo y dormir más”.
Respecto debe estar sentados, Ding afirma que “en términos del tiempo sedentario la mayor reducción en el tiempo de estar sentados tiene lugar en personas que viven en áreas urbanas y tienen mayores niveles de educación”.
El trabajo también incluyó testimonios de las personas jubiladas. Una de ellas, por ejemplo, identificada como un ex gerente bancario de 89 años, dice “ahora tengo más tiempo y estoy felizmente ocupado: me mantengo en forma bailando cuatro veces a la semana y caminando, mantengo mi mente activa ocupándome en la universidad de la tercera edad, aprendiendo destrezas para la computadora y bailando todas las canciones de otros tiempos, muchas de ellas más jóvenes que yo”.
Para el doctor de Ding, “el tiempo jubilación es bueno para que los doctores hablan con sus pacientes acerca hacer cambios positivos en su estilo de vida que pueden agregarle años a sus vidas”.
Pero, ¿para los que no están por jubilarse, qué pueden hacer si desean alargar su vida y no perderla por estar sentados? Según la Clínica Mayo hay unos pocos consejos que podrían ser prácticos y, precisamente, practicables por la mayoría de las personas que trabajan en oficinas: Una es mantenerse de pie mientras se habla por teléfono o se come.
Otra es, si trabaja en un escritorio por periodos muy largos, tratar de tener un escritorio alto de manera de poder trabajar de pié. Una tercera opción es realizar caminatas con los colegas, más que juntarse todos en una sala de conferencias para las reuniones.
Finalmente, para los más audaces o con mayores medios, es posible colocar la laptop sobre una una máquina para caminar adaptada especialmente para ello.
¿No será todo esto una exageración? Según la Clínica Mayo, el impacto del movimiento, incluso de un movimiento relativamente escaso, como el mantenerse de pié, puede ser profundo. Para comenzar, se queman más calorías. Esto lleva bien a una pérdida de peso y un incremento de la capacidad de energía. Aún mejor, la actividad muscular necesitada para estar de pie y realizar otros movimientos en esa posición, gatilla importantes procesos relacionados con la disolución de las grasas y los azúcares dentro del cuerpo. En cambio, cuando se está sentado estos procesos se detienen. Por lo consiguiente se incrementan los riesgos para la salud.
Es cierto que trabajar de pie tiene sus costos: habrá que gastar más en zapatos nuevos o en reponer las suelas de los zapatos viejos.