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Conozca el ránking de las mejores Universidades del Perú 2018
Miércoles, Octubre 24, 2018 - 14:45

Tras dos años de saltos cualitativos, impulsados por la nueva Ley Universitaria, el proceso de mejora de las universidades peruanas parece haberse quedado en tierra firme.

La Ley Universitaria marcó un punto de inflexión en el sistema universitario peruano, pues obligó al conjunto de las casas de estudio a esforzarse por adaptarse a los nuevos estándares, que han ido conllevando poco a poco una mejora en su calidad. Y, de hecho, en las anteriores ediciones del Ránking de las Mejores Universidades del Perú, dimos cuenta justamente de cómo las universidades que deciden formar parte de este listado avanzaban en cuanto a la calidad de sus docentes y en investigación.

La presente edición del ránking de universidades, sin embargo, evidencia que el progreso ha entrado en una meseta y las casas de estudio no parecen moverse de su zona de confort. Y es que los resultados del ránking de este año arrojan que apenas ha habido avances significativos en los principales indicadores y, como resultado, hay poco movimiento en su interior.

En la presente edición, la PUCP se erige nuevamente como la universidad número uno del país, y basa su superioridad en la estabilidad de sus resultados generales. Se trata de una estrategia nada sencilla y que manifiesta su esfuerzo por mantener la calidad como principio rector, lejos de los focos encandilantes que siempre propone un ránking. La receta: altos puntajes (sin necesariamente ser la mejor evaluada en cada dimensión) y pequeñas variaciones de un año a otro. Respecto a la edición anterior del ránking, por ejemplo, la PUCP baja en 0,5 puntos en el índice final, mientras que sus perseguidores dentro del top 5, en promedio, pierden 1,5 puntos.

En el podio, la Universidad del Pacífico (UP) (3°) se posiciona como la mejor en calidad docente por tercer año consecutivo. Esta casa de estudios destaca por tener dentro de su plana docente full time, la mayor proporción de profesores con PhD, 64,2%, mientras que el promedio para las 26 universidades evaluadas es 24,3%. Una tendencia casi inalterable si consideramos los resultados del año anterior: en este indicador la UP alcanzaba 64,6% y el promedio del resto de las universidades era 23%. Es más, para ver un cambio relevante en cuanto al número de docentes con doctorado es necesario remontarse al ránking de 2016, en el que la UP obtenía un 59,4% frente al 21,9% general.

En investigación, desde 2016 a la fecha, la mejor institución evaluada es la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) (2°), fundamentalmente por su productividad, es decir, la relación entre la cantidad de profesores full time y la cantidad de papers publicados. Al poner la lupa en este indicador, la diferencia de la UPCH es demoledora versus el resto de universidades: 1,4 contra 0,8 en promedio. Cada profesor de la Cayetano publica 1,4 papers al año, mientras que en el resto de las universidades cada profesor no alcanza a publicar uno. En 2017 y 2016 esta universidad también obtuvo la mayor productividad, aunque los resultados indican que el conjunto, aquí, ha avanzado de forma pareja, unos 0,7 papers de 2016 a la fecha.

Infraestructura es la tercera dimensión en la que se repite la líder, la Universidad Nacional Agraria La Molina (6°). Esta universidad domina los indicadores de m2 totales construidos, de salas de clases y de áreas deportivas por alumno matriculado, y es la tercera mejor en los indicadores de m2 de áreas verdes, que debuta este año, y de bibliotecas, ambas también, por alumno matriculado. Se trata de los ‘pergaminos’ por los que fue reconocida esta universidad ya en su primera aparición en el ránking de 2016 y en los que mantiene sus resultados frente a años atrás. Y, al igual que en los casos anteriores, no hay mucha diferencia respecto a ediciones precedentes, pero sí una gran distancia entre esta universidad y el resto de instituciones evaluadas.

La única universidad que se posiciona como la mejor en dos dimensiones es la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (7°) con sus descollantes resultados en acreditación e internacionalización. Cuestión que no es casual, pues, como todas las universidades mencionadas, presenta los resultados descritos como sus mejores cartas desde la versión 2016 del ránking. En ambas dimensiones el expediente es –aparentemente– sencillo: en acreditación cuenta con el 100% de sus carreras de pregrado acreditadas, mientras que el resto de las universidades tiene, en promedio, el 37% de carreras acreditadas ante diversos organismos. Ambas cifras son exactamente las mismas que en 2017. Y en internacionalización se ve favorecida por la calidad de las universidades extranjeras con las cuales se vincula para el intercambio de profesores y estudiantes. En el indicador de intercambio docente, esta institución presenta convenios con seis universidades dentro de las 60 primeras en el ránking internacional QS, incluidas Harvard y la Universidad de California en Berkeley. Sus pares, para este mismo indicador y en el mismo rango de evaluación, solo tienen, en promedio, convenios con una universidad.

Dimensiones volálites

Si las primeras cinco dimensiones evidenciaban poca movilidad, todo lo contrario sucede con las tres que faltan por diseccionar: selectividad, inclusión y prestigio. Esta última, a partir de esta edición, pasa a tomar el lugar de empleabilidad, y es medida a través de encuestas a profesores, reclutadores de las empresas más grandes del Perú y lectores de AméricaEconomía, con especiales enfoques en regiones para evitar el “sesgo Lima”. Los resultados de esta dimensión han impactado en los rendimientos de todas las universidades, y si bien en esta primera presentación los laureles se los lleva la PUCP, es muy pronto para augurar un futuro dominio.

Las restantes dos dimensiones, selectividad e inclusión, son las que se muestran más volátiles en esta medición. Ambas no han repetido líder en las últimas tres versiones y parte de la explicación, en el caso de la primera, corre por su propia naturaleza, ya que depende de la cantidad de estudiantes que postulen y que finalmente se matriculen en la universidad, lo que puede variar de un año a otro por una multiplicidad de factores.

En el caso de inclusión, el motivo es diferente y es que este año se han agregado nuevos indicadores que vienen a enriquecer la dimensión. Si bien hasta el año pasado se centraba en la ayuda económica mediante becas otorgadas por la universidad y por la diversidad de su alumnado respecto al colegio secundario del cual procedían sus estudiantes, este año se ha incorporado a la medición la capacidad y la preparación que tienen las universidades, en términos de infraestructura y programas de apoyo, para acoger a estudiantes en situación de discapacidad y brindarles las mejores condiciones para que realicen sus estudios.

De esta forma, para la versión 2018 la mejor rankeada en esta dimensión es la Universidad Continental que, por medio de este expediente, subió del 13° al 11° lugar. La universidad huancaína cuenta con una paridad cercana al 50% entre estudiantes provenientes de colegios públicos y privados, posee instalaciones para personas con movilidad reducida (como rampas para sillas de rueda, ascensores, estacionamientos y baños), materiales para personas no videntes (como audiolibros y facilidades para asistir con perro lazarillo) y, además, programas de apoyo para estudiantes en situación de discapacidad. Pero no es la única que muestra avances en esta materia. En el estrato más alto del ránking, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (4°), se ubica tercera en la dimensión, y la Universidad del Pacífico, la UPC  y la Universidad San Ignacio de Loyola (10°) muestran notorias alzas en sus puntajes, de la mano de la preparación que tienen para incluir y apoyar académicamente a estudiantes en situación de discapacidad.

Sin embargo, es en los tramos intermedios del ránking donde se observan las mayores alzas en relación con los resultados del año anterior: la Unifé (24°) aumenta 33,3 puntos y se ubica, además, segunda en la dimensión inclusión; la Universidad Privada del Norte (20° y cuarta en la dimensión) sube 32,5 puntos; la USAT (22°) obtiene un alza de 25,3 y la Universidad Privada de Tacna (19°) alcanza los 84,8 puntos en la dimensión, gracias al incremento de 24,3 obtenido este año.

Y, con todo, es posible que para siguientes versiones esta dimensión siga sin repetir a su número 1, ya que hay más indicadores que aparecen en el horizonte para ser incorporados, como: la paridad entre hombres y mujeres para la plana docente y altos cargos directivos, la proporción de estudiantes de escuelas rurales y pertenecientes a etnias indígenas, la proporción de estudiantes de primer año según nivel socioeconómico o la implementación de programas remediales.

Autores

Cristóbal Saez Riquelme - AméricaEconomía Intelligence