Año a año el Ránking de las Mejores Universidades de México muestra una fuerte estabilidad respecto del posicionamiento de los actores. Sin embargo, los datos comparados en variables de docencia e investigación de tres ránkings seguidos revelan que las universidades, como conjunto, mejoran. Y para eso no es necesario ser parte de la CDMX.
En Ciudad Obregón, hace tres años atrás, los pasillos del Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON) contaba con 32 académicos que habían logrado registrarse como investigadores ante el Sistema Nacional de Investigadores (SNI). En este 2018, los investigadores pasaron a 53, registrando una de las alzas porcentuales más importantes en cuanto a esta variable que recoge el Ránking de las Mejores Universidades de México.
Con avances como este, el ITSON no solo pasó del 46° al 40° en tres años, sino que también ilustra un fenómeno de mejoramiento de indicadores del conjunto de universidades mexicanas consideradas en esta medición en tres años seguidos, sin importar si están en lo alto o lo bajo de la tabla, o en los estados más cercanos o lejanos respecto de la Ciudad de México (CDMX).
Las variables relativas a docentes e investigadores son las que más revelan avances. En cuanto al registro de investigadores, el conjunto de universidades del ránking pasó de 14 mil a casi 18 mil en solo tres años. Interesante resulta constatar que el alza se explica fundamentalmente por el registro de investigadores fuera del CDMX. Mientras que en la capital, el incremento trianual fue de 16%, fuera de la ciudad fue de 32%.
Sin embargo, la producción de artículos científicos validados por pares en la red Web of Science (papers ISI) no experimentó un alza semejante al de la cantidad de académicos investigadores. Así y todo, en este 2018 la cantidad total de papers ISI publicados fuera de la CDMX prácticamente equivale a la producción de la capital (en torno a los 6.600 anuales). Un logro que debe ser matizado, considerando que las universidades capitalinas representan solo el 20% de las entidades medidas en este ránking.
En donde no se observa una tendencia positiva para las universidades regionales es en cuanto a las patentes registradas ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial: mientras las universidades de la capital producen en torno a los 350 patentes anuales, las de fuera de la CDMX producen menos de 200 en promedio trianual.
Otro indicador relevante es el de formación de los académicos (independientemente si investigan o no). Y aquí las universidades regionales sí dieron un gran salto. De tal modo, pasaron de tener 16,5 mil docentes con grado de PhD en 2016 a 26,5 mil. Es decir, 10 mil doctores en tres años o 60% de variación. En cambio, las universidades de la capital apenas sumaron cerca de 1.400 doctores, con una variación de tan solo 15% y habiendo experimentado una baja sensible en 2017.
Es más, los datos sobre formación académica revelan que la CDMX es la zona geográfica con la menor proporción de académicos con PhD, respecto del total de académicos (16%), muy por debajo de la zona Occidente (32%), lo que se explica fundamentalmente por la alta cantidad de doctores de la Universidad de Guadalajara (5°). El resto de zonas, en tanto, oscila entre 23% y 19%.
Movimientos
Pese a que el ránking es muy estable, en especial en su parte superior, se registran algunos movimientos relevantes. El primero es el alza de la Universidad Iberoamericana al 11° puesto del 16°, la que se produce fundamentalmente en Inclusión y Diversidad, por efecto de la entrega de datos este año al equipo investigador por parte de la casa de estudios, ya que en esta dimensión (así como Internacionalización) es indispensable contar con la colaboración de las propias universidades para ser medidas. Un fenómeno similar que toca a varias universidades, como la Autónoma de Zacatecas, que pasa del 35° al 26°.
Otras alzas relevantes se registran en la medianía de la tabla. Las universidades de Monterrey (21°), Autónoma de Chiapas (24°), Autónoma del Estado de Puebla (23°) aumentan sus puntajes y sus posiciones por distintos expedientes; incremento de doctores en el staff, en el caso de la primera, y una mayor proporción de carreras acreditadas, en el caso de las dos siguientes.
En la otra cara de la moneda está ITAM, que cae al 17°. Esto se produce fundamentalmente por mejoras de las universidades que se encuentran en el segmento del ránking entre los 55 y 48 puntos, donde se produce una fuerte competencia, en la que pequeñas mejoras hacen la diferencia.
Otras caídas significativas son las universidades Autónoma de Sinaloa (32°), Autónoma del Estado de Morelos (39°), y Autónoma de Nayarit (42°). En el caso de la primera, la baja se produce por un incremento de sus docentes a régimen por hora. En la segunda, la explicación corre por cuenta de la disminución significativa de docentes con grados académicos de magíster y doctorado. Finalmente, en el caso de la tercera, el expediente de pérdida de lugares corre por cuenta de la baja de la proporción de carreras acreditadas.