Expertos de una universidad rusa intervinieron un hospital para analizar el uso de los fármacos y promover prácticas basadas en evidencia científica.
El uso racional de los medicamentos es uno de los desafíos mundiales en los sistemas de salud. Así lo reconocen investigadores de la Universidad Federal de Kazan, en la república federada rusa de Tartaristán, quienes intervinieron un recinto de salud entre 2011 y 2014 para implementar estrategias basadas en evidencia científica para mejorar el uso de los fármacos.
La investigación consistió en la identificación de grupos prioritarios de medicamentos, los cuales, al usarse, tienen un impacto clínico y económico más importante. De acuerdo con la jefa del Departamento de Farmacología Básica de la universidad, Lilia Ziganshina, "la asignación de categorías fue realizada por farmacólogos clínicos tras revisar toda la evidencia disponible sobre efectividad, seguridad y costos, comparada con otras drogas".
El estudio se realizó sobre un recinto multidisciplinario de más de mil camas, que entrega salud a una población de cerca de 1,4 millones.
A través de una intervención educacional, que incluyó la discusión de los resultados de un análisis realizado entre 2011 y 2012, se lograron resultados importantes. El gasto en medicamentos en 2014 fue significativamente menor que en 2013, llegando a niveles incluso inferiores a los alcanzados en 2012. Mientras en 2011 se gastaron cerca de US$ 840 mil, el gasto subió a US$ 1.197.000 al año siguiente, a US$ 1,5 millones en 2013. Tras la intervención, en 2014 la cifra fue de US$ 1.044.000.
Sin embargo, la profesora Ziganzhina concluyó que "es necesario implementar intervenciones educacionales regulares para los profesionales clínicos y los jefes de departamento de los recintos de salud, para promover la racionalización de las prescripciones".