Acabar con la tensión acumulada dependerá mucho de cambiar los hábitos que no son saludables.
La tensión constante derivada de los atascos diarios de tráfico, un matrimonio infeliz o la sobrecarga laboral, puede tener efectos físicos reales sobre el organismo y provocar estrés.
Acabar con la tensión acumulada dependerá mucho de cambiar los hábitos que no son saludables.
Para ello, lo primero que expertos recomiendan es mantenerse positivo. Se ha descubierto que reír disminuye los niveles de hormonas del estrés, reduce la inflamación en las arterias y aumenta los niveles de colesterol bueno (HDL).
Otro buen hábito es meditar, ya que esta práctica de pensamiento enfocado hacia uno mismo y de respiración profunda reduce los factores de riesgo de la enfermedad cardiaca como la hipertensión.
La práctica de ejercicio también reducirá en un alto porcentaje los niveles de estrés, porque cada vez que hay actividad física el cuerpo libera químicos que promueven el buen ánimo y que se denominan endorfinas.
Hay que desconectarse. Esto implica evitar los correos electrónicos y las noticias de televisión. Vale la pena tomarse cada día un momento, incluso si solo son 10 o 15 minutos, para escapar del mundo.
Otras prácticas sencillas como darse un baño templado, escuchar música o pasar tiempo ejecutando alguna actividad favorita ayudará a sobrellevar el estrés, así como una dieta balanceada libre de tabaco y alcohol.