Un aumento en los casos de linfoma anaplástico de células grandes en Estados Unidos apuntan a estos implantes.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) es la máxima entidad responsable de la regulación de medicamentos en ese país, así como de productos biológicos, cosméticos y dispositivos médicos. Y con frecuencia emite alertas sobre algunos artículos con base en evidencia científica.
Una de las últimas alertas tiene que ver con los posibles riegos que se desprenden de la utilización de implantes mamarios. Probablemente, advierte, su uso esté relacionado con la aparición de un cáncer: el linfoma anaplástico de células grandes, un tipo de linfoma no Hodgkin que no tiene que ver con el cáncer de mama.
Como se lee en la página web de la FDA, las primeras sospechas las habían registrado en 2011, pero aún era muy pronto y la evidencia para emitir un diagnóstico muy pobre. Aunque la Organización Mundial de la Salud designó en 2016 este tipo de linfoma como uno que puede desarrollarse después de implantados estos artículos, la falta de datos globales ha hecho difícil recopilar más evidencia. Sin embargo, los casos registrados hasta el momento sugieren que hay una relación y que el linfoma anaplástico aparece con más frecuencia cuando se trata de implantes mamarios con superficies texturizadas.
En cifras, eso quiere decir que a septiembre de 2017 la FDA había recopilado 414 informes médicos que mostraban esta asociación. Entre ellos había nueve casos de pacientes fallecidas. De ese número, 272 contenían información sobre el tipo de superficie: 242 indicaban que se trataba de superficies texturizadas y los otros 30 eran lisas. Además, 234 de los casos eran implantes llenos de gel de silicona y 179 eran con solución salina.
Estados Unidos no es el único país donde se han registrado casos. En Australia, la autoridad competente aseguró que, tras un análisis detallado, encontró 46 pacientes con este tipo de cáncer asociado a los implantes mamarios. Entre ellos se contaba la muerte de tres mujeres. Desde septiembre de 2016 habían detectado otros diez casos.
Desde que en 2011 la FDA emitió la primera alerta ha habido una amplia literatura médica que intenta documentar esta asociación. Las estimaciones hoy sugieren que ese linfoma se puede desarrollar en una entre 3.817 a 30.000 mujeres con implantes mamarios texturizados. Suele aparecer a los siete u ocho años después de puestos los implantes y en la mayoría de casos, cuando se detecta temprano, se puede curar con cirugía. Sin embargo, algunas mujeres han necesitado quimioterapia y radiación.
Uno de los principales síntomas que advierten de la aparición del tumor es hinchazón alrededor del implante. Cuando no existan esos indicios, de acuerdo con la FDA, no es necesario retirarlos.