Sucede porque un parásito llamado tripanosoma regula la respuesta inflamatoria de los animales mediante una sustancia lanzada a la sangre, indolpiruvato, para no matarlos antes de tiempo.
Trinity College Dublin / Clúster Salud. Cualquiera que pasee por Buraydah, en la provincia de Al-Qassim, 400 km al noroeste de Riyadh, en Arabia Saudita, notará un aroma especial en el aire. Al extranjero le parecerá fuerte, exótico. Muchos de los locales –en cambio– no sólo casi no lo percibirán. De hacerlo, les parecerá una señal de prosperidad: no se puede tener el mercado de camellos-dromedarios más grande del mundo sin olor a camello. En especial a orina de camello. No obstante, en algunas ocasiones, tanto los visitantes como los locales coincidirán: el olor, ese día, o en tal sección de la plaza de compraventa es de pesadilla.
Pese a lo que el prejuicio podría indicar, no se trata de un problema de higiene. La región de Al-Qassim está lejos de la caricatura: posee una universidad moderna de 50.000 alumnos, que cuentan con 4.000 profesores y su Technical and Vocational Training Corporation está especializada en negocios, tecnología y electrónica. La estación de trenes de Buraydah, la capital administrattiva, es superior en diseño y modernidad a cualquiera que exista en América Latina.
Pero, no puede negarse, el olor es fiero. Durante décadas, por no decir siglos, no hubo más que menear la cabeza con resignación serena. Los pastores de camellos sabían que los animales que lo generaban estaban afectados de un mal y que el resto, no. ¿De dónde y por qué el olor? Cero pistas. Hasta ahora. Resulta que un grupo de bioquímicos del Trinity College de Dublín decidió investigarlo y, como premio, descubrió lo que podría ser el origen de una nueva terapia contra las enfermedades inflamatorias como la artritis.
Más allá de lo anterior, y de manera todavía más directa, hay implicaciones para los millones de personas afectadas por los parásitos llamados tripanosomas, los que –con frecuencia– causan muertes, en África, por ejemplo, a través de la Enfermedad del Sueño.
Lo que los bioquímicos descubrieron es que el aroma proviene de un subproducto metabólico de la actividad del tripanosoma conocido como indolpiruvato, y que éste puede ofrecer excelentes posibilidades para el desarrollo de fármacos y terapias contra el tripanosoma, porque inhibir su producción puede ser clave en la lucha contra el parásito.
Además, debido a que este subproducto modifica el comportamiento de las células inmunitarias importantes e impide que se vuelvan plenamente activos, tiene potencial como inhibidor de enfermedades inflamatorias comunes.
Profesor en Bioquímica en Trinity, Derek Nolan, y su equipo colaboraron con el profesor de Bioquímica, Luke O'Neill, y su grupo de investigación de la inflamación para hacer el descubrimiento. Sus hallazgos han sido publicados en la revista PNAS.
Los tripanosomas son parásitos del torrente sanguíneo de los mamíferos que dependen de las moscas mordedoras -como la mosca tsé-tsé- para su transmisión. Deben evadir constantemente las defensas inmunitarias de sus huéspedes mediante olas de infecciones, al mismo tiempo que prolongan la supervivencia de ellos, para asegurar la finalización del ciclo de vida y la transmisión futura a través de otras moscas mordedoras.
Ni la vacunación ni la intervención profiláctica son posibles hasta ahora (aunque para el tripanosoma que causa el Mal de Chagas hay alguna investigación respecto de la primera posibilidad), y todos los tratamientos actuales tienen limitaciones asociadas que restringen su aplicación. Aunque los casos de infección humana han disminuido recientemente, estos parásitos siguen representando una importante carga social en 36 países subsaharianos que están dentro del alcance del vector mosca tsé-tsé.
El profesor Nolan dijo: "Los pastores de camellos saben desde hace mucho tiempo que la orina de los camellos infectados con tripanosomas tiene un olor acre y tiene un color marrón rojizo, lo que es directamente atribuible a la descomposición de aminoácidos aromáticos como el triptófano, y a la excreción de los nuevos subproductos por medio del torrente sanguíneo ".
"La ventaja del parásito de excretar el indolpiruvato a la sangre es que modula las respuestas inflamatorias e inmunitarias de todo el cuerpo del huésped, especialmente en los picos de infección, lo que prolonga su supervivencia y, por lo tanto, potencia la transmisión del parásito a la mosca tsé-tsé, lo que garantiza que pueda completar su ciclo de vida".
A partir de esto último, es que "tenemos la esperanza de que al resolver el enigma de la putrefacción de los camellos, con estos nuevos descubrimientos, se ha desenterrado un potencial objetivo para las terapias anti-tripanosoma, que son muy necesarias ya que la enfermedad del sueño continúa reclamando un gran número de vidas en el África subsahariana".
Como se aprecia, detrás de un mal olor puede haber una sorpresa mucho menos desagradable.