Si bien la tendencia mundial va hacia disminuir las horas de trabajo, los esfuerzos están principalmente orientados a lograr una mayor productividad.
El aumento de la productividad laboral representa un desafío para grandes, pequeñas y medianas empresas, sobre todo en industrias donde las jornadas se extienden más allá del promedio del mercado laboral. Consciente de este desafío, en PageGroup se elaboró un estudio para identificar aquellas industrias en las cuales más horas trabajan los chilenos.
Retail, Operaciones industriales y mineras, servicios profesionales y consultoría, y atención al cliente en general, son las que tienen las jornadas más largas.
De acuerdo con el estudio, el Retail está más orientado al horario y los turnos para suplir las largas jornadas de atención al público, de lunes a domingo y particularmente los fines de semana. En el caso de las Operaciones Industriales y Mineras, la necesidad básica de la operación es cumplir con los compromisos productivos y eso amerita, en gran parte, la necesidad de turnos continuos, para no detener la producción, mantenimientos continuos y todo el ciclo de operación activo. Esto requiere de personal trabajando por horas (27/7).
En el caso de servicios profesionales y atención al cliente, en general, son industrias que se manejan a través de artículos de leyes especiales, dónde las jornadas pueden ser largas pero, la medición es por cumplimiento de objetivos; intentando así generar equilibrios entre semanas de intensidad máxima y otras de mayor calma.
“Tienden a ser orientados a fomentar la participación laboral en las jornadas menos atractivas, entregando mejores remuneraciones a quienes son parte de los turnos más sacrificados o de disponer de más días libres a la semana”, dijo René Ormeño, manager de Cuentas Estratégicas de PageGroup. “Los turnos entregan posibilidades de ahorro directo en el caso de la minería, donde los costos de vida diaria pasan a ser cargo de las empresas contratantes y no de los trabajadores”.
En el caso de los servicios profesionales y de consultoría, los incentivos se orientan a la flexibilidad laboral, en casos donde se trabaja bastante más horas en una semana y otras menos, generando así un equilibrio que permite manejar sus agendas en base a las necesidades diarias de cada trabajador.
Mayor preocupación por trabajadores
De acuerdo con el experto, si bien los procesos respecto de las jornadas laborales requieren de mucho tiempo para ser visibles, existe una tendencia clara que ven en sus clientes de las industrias mencionadas, donde existe una mayor preocupación por sus colaboradores y el estilo de vida que llevan.
“Las compañías, cada vez más, se enfocan en los beneficios e incentivos para los trabajadores, ya que son mucho más conscientes del esfuerzo laboral y personal que requieren algunas funciones”, explicó Ormeño.
De acuerdo a PageGroup, el apoyo a la productividad y no debiera tener incidencia en la disminución de horas de trabajo, más bien debiera tener una incidencia en la baja a la contratación de puestos más operativos. Con ello, los aumentos en la productividad y eficiencia de procesos debieran tener una incidencia positiva en la inversión y, por ende, en la contratación de técnicos y profesionales calificados.
Si bien la tendencia mundial va hacia disminuir las jornadas de trabajo, los esfuerzos están principalmente orientados a lograr una mayor productividad. “Este es el desafío principal para las organizaciones actuales, entregar mayor calidad de vida a sus trabajadores, aumentando la productividad, a través de la eficiencia de la gestión del tiempo”, enfatizó el experto.
El equilibrio ideal debiera reflejar un aumento en la competitividad productiva del país, aplicando la metodología ‘lean’ (limpiar las actividades que no tienen impacto en la experiencia final de calidad para los clientes), mejorando así la calidad de vida y generando nuevas plazas de trabajo; sin generar disminuciones en rentas de los trabajadores.