El pasado miércoles se dieron a conocer los resultados del módulo de salud mental y apoyo social del Estudio Longitudinal Social de Chile (ELSOC) del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social, en Casa Central de la Universidad Chile.
El pasado miércoles se dieron a conocer los resultados del módulo de salud mental y apoyo social del Estudio Longitudinal Social de Chile (ELSOC) del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social, en Casa Central de la Universidad Chile.
Según la OMS, Chile es uno de los países con niveles de depresión más altos de América Latina a pesar de tener el mayor ingreso per cápita; es más, diversos estudios han demostrado la marcada relación entre depresión y nivel socioeconómico. Según los resultados de la encuesta ELSOC, el 13,3% del decil de menores ingresos presenta síntomas severos de depresión, mientras sólo un 1,6% los tiene en el decil superior.
La presencia de síntomas más severos de depresión es menor en áreas metropolitas, como Santiago (6,4%), Valparaíso (5,5%) y Concepción (5,3%), en relación al resto de las ciudades grandes (9,4%), medianas (6.9%), y pequeñas (9.6%).
A su vez, los síntomas mínimos de depresión son del 50,6% en el gran Santiago, 54.6% en el gran Valparaíso, y 60,2% en el gran Concepción; mientras que en ciudades grandes alcanza el 45,9%, 46,6%. En relación a esto mismo, cabe decir que la zona norte del país es la que posee una mayor prevalencia de la categoría de síntomas más severos; específicamente, un 11,1% de encuestados de la zona caen en esta categoría, en contraposición a un 10,2 y 6,6% de la zona centro-sur y sur, respectivamente.
Esta desigualdad persiste también según niveles de educación, donde se constata una relación positiva entre nivel educacional y salud mental, es decir, a mayor nivel educacional, mejor índice de salud mental.
Lo anterior se expresa en la prevalencia de síntomas de depresión moderada severa a severa es del orden de cuatro a cinco veces mayor en personas con educación básica relativa a encuestados con estudios universitarios. En contraposición, la prevalencia de síntomas de depresión mínima pasa de un 43% en el grupo de educación básica a un 59% para personas con educación universitaria.
La prevalencia de síntomas depresivos severos en mujeres es de 9,3%, casi el doble de los hombres, que es del 5%; por otro lado, el diagnóstico más leve de depresión en hombres y mujeres es de un 59% y 43%, respectivamente. Esta brecha existe a pesar de que las mujeres presentan mejores índices de apoyo social.
Por último, al controlar por la severidad de los síntomas, los hombres presentan consistentemente menores índices de tratamiento en cada categoría del índice de síntomas, siendo más del doble la diferencia para los encuestados con la categoría moderado severo a severo (7% en hombres, y 15,5% en mujeres). Es decir, con síntomas similares, los hombres se tratan menos que las mujeres.