Estudio de la Universidad de Vienna demostró que una bacteria es capaz de producir colonias pequeñas para evitar los efectos de los fármacos usualmente usados en su combate.
La bacteria conocida como B. cereus, que puede generar intoxicación alimentaria, es conocida por su capacidad de generar endosporas, células especializadas que les permiten permanecer adormecidas por largos períodos ante condiciones desfavorables. Esta habilidad era la principal dificultad en su combate a través de antibióticos. Eso, hasta ahora.
Un estudio realizado en el Instituto de Microbiología de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena detectó que el microorganismo es capaz de crear una forma de vida alternativa, que describió como variantes coloniales pequeñas (SCVs, por su sigla en inglés). Dicho mecanismo se da en respuesta a los antibióticos aminoglucósidos y genera una respuesta de resistencia a este tipo de fármacos.
"La bacteria se protege de los efectos dañinos de los antibióticos formando SCVs", manifestó el autor principal de la investigación, Elrike Frenzel, quien agregó que "el B cereus es tratado con el mismo tipo de antibióticos que gatilla la respuesta en SCV y, a su vez, la resistencia".
El mecanismo descubierto por los investigadores tiene una importancia gigantesca en la práctica clínica. Los métodos de diagnóstico tradicionales se basan en los rasgos metabólicos de la bacteria y no detectan a las SCVs, puesto que estas colonias tienen un metabolismo alterado y más lento. Ello puede generar tratamientos incorrectos e, incluso, diagnósticos fallidos.
El estudio apunta a que el tratamiento basado sólo en antibióticos aminoglucósidos podría aumentar los riesgos de una infección prolongada, por lo que Frenzel recomienda una concepción distinta. "En este caso, es recomendable una terapia que combine antibióticos de otros grupos", manifiesta.