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Viernes, Junio 10, 2016 - 11:23

Son los multimillonarios de mercados emergentes que –según Caroline Freund, economista de Columbia y ex Economista Jefe del Banco Mundial para el Oriente Medio y el Norte de África– poseen activos por más de US$2 billones (millones de millones). Esto les permite moverse por la economía globalizada con una libertad que empresarios anteriores de sus países no conocieron. Están menos sujetos a las condiciones políticas o recursos de sus naciones de origen. Estos magnates, por un lado, transforman los sectores económicos de sus países, moviéndolos de escala y alejándolos de su pasado agrícola, empujándolos hacia servicios mundializados; y, por otro, amplían la brecha entre ellos y los pobres.

La investigadora del Petersen Institute for International Economics dice que los megarricos son beneficiosos para sus economías de origen: “En términos de producción, valor agregado y salarios, una sola firma altamente productiva haciendo ropa es más benéfica que 1.000 empresas de 10 empleados”, ejemplifica. “La aparición de personas ricas y compañías ricas en países pobres es el reflejo de una economía sana”.

Autores

Redacción AméricaEconomía