Niños mexicanos desayunan con refrescos y el sobrepreso nacional salta al 70%.

En las viejas películas de ciencia ficción los alimentos se consumen en pastas o líquidos ultraconcentrados. Todavía no llegamos a Marte, pero millones de niños desayunan en México con esos líquidos: se llaman gaseosas. Para Olivier De Schutter, relator especial de la ONU  en temas de alimentos,  “en México cada vez más las frutas y verduras se están exportando a los mercados de alto valor, y la población tiene dietas menos nutritivas, con comidas con alto contenido en grasas, sal y azúcar”.

De Schutter reveló que el 70% de la población adulta mexicana padece sobrepreso. A su vez, el 24% (2010) sufre de “pobreza alimentaria”. Se trata de 19,5 millones de personas. Nadie bebe más bebidas carbonatadas que los mexicanos, con un promedio anual de 163,3 litros. Los chilenos consumen 116,2 litros, los brasileños con 89,1, los colombianos 65,3 y los peruanos 55,7.

En México la situación es dramática. El Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, reveló que las bebidas de fantasía aportan el 21% de las calorías que se consumen en el día, cuando lo recomendado es sólo el 10%. Recientes investigaciones muestran un vínculo entre la diabetes y el consumo por sobre un 17% de las calorías diarias provenientes de bebidas que contienen jarabe de maíz (JMAF). Según De Schutter, para 2017, México gastará alrededor de US$ 5.600 millones al año sólo para atender los casos de esa enfermedad.