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Dulces polímeros
Lunes, Diciembre 17, 2012 - 13:28

La holandesa DSM quiere usar caña de azúcar para fabricar plásticos destinados a la industria automotriz y electrónica.

Especializada en el ámbito de la química fina, la holandesa DSM obtuvo un préstamo del BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) de Brasil por US$ 2,3 millones, en vistas a optimizar la técnica que permite convertir el etanol, proveniente de la caña de azúcar, con materia prima para crear el llamado plástico de ingeniería.  “Tenemos un plan de dos frentes”, dice Eduardo Estrada, presidente de la compañía para América Latina. El primero es “la producción de bioetanol a partir de caña de azúcar, usando partes descartadas como la paja, y –en paralelo– desarrollo de nuevos productos finales a partir de etanol, como ocurre con el ácido succínico,” explica. Se trata de una sustancia que surge en el vino destilado y en resinas. El objetivo final es lograr que este plástico de fuentes renovables sustituya a los metales y los plásticos convencionales en diversos sectores, como la electrónica y la industria automotriz.

Mientras para la fase de I+D la compañía está trabajando en asociación con el IPT (Instituto de Investigación Tecnológica),  DSM está buscando socios locales para avanzar, en la fase de producción y comercialización, en los dos frentes antes señalados.