El 10 de septiembre pasado falleció Emilio Botín, director del Banco Santander y uno de los líderes transformacionales de la industria bancaria de los últimos años. Botín siguió su frase “el que golpea primero golpea dos veces” al pie de la letra durante las tres décadas que estuvo a cargo del Santander. Con un foco singular y un empuje sin precedentes, Botín hizo de Santander uno de los mayores bancos a nivel mundial, con 102 millones de clientes, 14.500 oficinas y 190.000 empleados. Con operaciones en Europa, América Latina, Norteamérica y Asia, la revista Euromoney calificó a Santander como “el Mejor Banco Global” del año 2012. Al año siguiente Bloomberg BusinessWeek le otorgó el reconocimiento del “Banco más Verde”. Con utilidades consolidadas de € 5.500 millones el año pasado, Santander es un coloso bancario presente en todos los ámbitos del negocio, desde hipotecas a banca corporativa, banca de personas, wealth management, mesa de dinero y financiamiento del comercio.
Botín comenzó su carrera como administrador de rango medio-bajo en el banco que poseía su familia, llegando a CEO a la edad de 43 años. Su sapiencia financiera, sentido de la oportunidad y astucia política le permitieron liderar al banco durante la difícil década de los 70, así como capitalizar las oportunidades de los tiempos de bonanza. En 1993 Santander aprovechó el colapso de su principal competidor en España, el Banesto, cuyos activos compró mediante licitación al año siguiente. Luego aplicó una agresiva estrategia de comprar competidores y lanzar servicios innovadores tanto a través de Santander como mediante adquisiciones.
En 2004 compró el líder británico Abbey National en £ 9.000 millones. Uno de los golpes más audaces de Botín fue la extremadamente compleja y rápida operación por el control del banco italiano Antonveneta, en 2007. A los pocos días se lo vendió a su rival, la Banca Monte dei Paschi di Siena, con una ganancia del 50%. Santander no sólo ganó dinero, sino que además se evitó tener a un banco italiano durante la crisis financiera global.
La astucia de Botín queda en evidencia a través de su estrategia latinoamericana, que hizo de la región el epicentro de la rentabilidad del imperio Santander. A mediados de los 80 Botín decidió restringir las operaciones de Santander en Centroamérica -en países como República Dominicana, El Salvador, Panamá y Guatemala- y enfocarse a la banca de inversiones en mercados más grandes, comenzando por Argentina. Esta agresiva incursión en la región a comienzos de los 90 coincidió con dos cosas: la desregulación bancaria en Europa y la desregulación de los servicios financieros en toda América Latina. Competitivo en el mercado español al ser uno de los dos bancos líderes, y tras haber introducido mejoras administrativas para empujar la productividad, mejorar el servicio a clientes y lanzar buenos productos, Botín estaba en condiciones de conquistar América Latina. Así logró aprovechar las ineficiencias y márgenes que ofrecía la región. El idioma, por cierto, era su activo.
En una época en que muchas empresas familiares han desaparecido producto de la globalización, Emilio Botín dejó su marca estableciendo una estructura de gobernanza bien pensada y operacional para su familia, dándole a Santander una clara ventaja sobre sus competidores. En su libro Creando un Banco Global: la Transformación de Banco Santander, los profesores Mauro Guillén y Adrian Tschoegl, de la escuela de negocios de Wharton, revelan cómo las decisiones estratégicas de la familia y un complejo entramado de fuerzas económicas, sociales y tecnológicas, llevaron al banco Santander al predominio mundial.
Emilio Botín tenía además un don para identificar líderes promisorios, incluyendo a su hija Ana. CEO de la filial británica de Santander, ella es responsable de establecer un banco de inversiones hecho y derecho al interior del grupo. Reconocida y respetada dentro y fuera de España, Ana Botín posee el estilo de gestión y las habilidades para tomar las riendas del grupo.
*Profesor, vicedecano y director del Pino Global Entrepreneurship Center en el College of Business de la Florida International University.
*Profesor de Georgetown University.